Los Celtics le propinaron la primera derrota en estos playoffs a los actuales campeones, Cleveland Cavaliers, y dejaron abierta la final del Este de la NBA. El quinteto de Boston, que había perdido los dos primeros partidos de esta serie como local, se recuperó como forastero para vencer en un dramático partido por 108-111 y quedar ahora abajo 1-2.
Un triple de Avery Bradley en el último segundo, que danzó alrededor del aro antes de ingresar a la canasta, decidió el partido en favor de la visita, ante la sorpresa de los fanáticos que repletaron el Quicken Loans Arena.
La gran figura de la noche fue el base Marcus Smart, quien anotó 27 puntos para los Celtics. Su aparición como titular en el quinteto de Boston se debió a la lesión que sufrió la gran estrella del equipo, Isaiah Thomas, y que lo dejó fuera por el resto de la serie.
Se pensaba que la ausencia de Thomas, la mejor figura de Boston en toda la campaña, era la palada final para las aspiraciones de los Celtics en estos playoffs. Las dos derrotas como local ante los Cavaliers, y sobre todo el nivel que venía mostrando Lebron James, intratable en toda la postemporada, eran razones suficientes para no darles a los de verde una mínima posibilidad de recuperación.
Sin embargo, en el tercer partido no apareció Lebron (apenas anotó 11 puntos) y los Celtics al fin dieron señales de vida, pareciéndose al equipo que terminó primero en el Este en la fase regular. Luego de un primer tiempo avasallador de los locales, Boston volvió en el tercer cuarto con todo, recortando una desventaja de 19 puntos, para así propinarle la primera derrota en postermporada a Cleveland desde el cuarto partido de la final de la campaña pasada ante los Warriors.