Los celulares noventeros están regresando en Europa. Según el sitio francés www.vintagemobile.fr, la venta de antiguos modelos ha experimentado un crecimiento, con 10.000 unidades vendidas en los últimos tres años.
Nokia, Ericsson y Motorola son algunas de las marcas más demandadas por clientes en esta web, que no dudan en desembolsar desde 45 mil hasta 750 mil pesos por uno de estos aparatos, que ofrecen baterías que duran una semana y modelos más resistentes que un smartphone.
Aunque se trata de modelos en retirada, el mercado chileno aún ofrece aparatos básicos, sin conexión a internet, dirigidos a usuarios renuentes a la tecnología touch, y que no sólo incluye a adultos, sino también jóvenes y profesionales que por opción han optado por dispositivos convencionales.
Cristián Peña, analista de dispositivos móviles de la consultora IDC, señala que el crecimiento de smartphones en el país ha sido explosivo. En 2011 sólo correspondía al 19% del mercado, cifra que a fin de año llegará a 85% (ver infografía). Pese a los números, sostiene que todavía hay usuarios que buscan aparatos más baratos o para un uso esporádico.
Cristóbal Valdés, gerente de RePhone, empresa dedicada a la venta de celulares reacondicionados, explica que el fenómeno es un tema asociado a una moda, ya sea por personas mayores que quieren volver a lo simple o por jóvenes que quieren una vida menos invadida. "Están buscando celulares que duren más en términos de batería y tengan menos aplicaciones que los desenfoquen de una vida 'normal', sin ser esclavos de su celular", explica.
Francisca, joyera de 29 años, es una. Tiene un antiguo equipo Nokia, pese a la presión social. "Mis amigos me dicen que me compre un smartphone para tener WhatsApp, porque como que estoy desconectada. Pero lo prefiero así, ser yo la que decide cuándo conectarse", dice. Además, agrega, está todo el día en el computador, por lo que no siente que está en una completa desconexión.
La durabilidad de la batería es otro de los grandes factores que hacen que mucha gente aún prefiera este tipo de aparatos, que según Werner Creixell, académico de Ingeniería Civil Telemática en la U. Técnica Federico Santa María, puede ser de hasta una semana. "Su rendimiento es la combinación de varios factores: la pantalla es muy pequeña y consumía muy poca energía, no necesitan desplegar información tan rica como actualmente, no eran a colores, retroiluminadas. Además, tenían menos comunicación, el teléfono permanecía menos tiempo encendido, porque no había aplicaciones de navegación", dice. Explica que los smartphones, en cambio, mantienen muchas aplicaciones que no están 100% apagadas, "que envían y reciben datos todo el día. Eso hace que se consuma más rápido, está encendido más tiempo, en programas como Facebook, Twitter", indica, fenómeno que se acrecienta con la tendencia de hacer pantallas más grandes.
La potencia fija, independiente del ruido (o las dificultades para transmitir) es una de las características que también les hace ahorrar batería a los celulares de segunda generación. "Las tecnologías 3G y 4G tienen control de potencia, la potencia de transmisión es variable. No es lo mismo recibir o transmitir datos o voz en un lugar fijo o en movimiento. Cuando se está en movimiento hay más ruido, por lo que el celular debe aumentar la potencia para transmitir y mejorar la relación señal/ruido. Por este motivo las tecnologías 3G gastan más rápido la batería, en general utilizan más potencia de transmisión", explica David Ruete, director de Ingeniería en Telecomunicaciones de la U. Andrés Bello.
Ricardo Acevedo (66), académico del Departamento de Informática de la U. Federico Santa María, también se resiste. Como Francisca, posee un antiguo Nokia. "El celular nos acerca de quienes están lejos, pero nos alejan de los que están cerca. Yo aún prefiero la palabra directa", argumenta. Dice que en su caso podría parecer una contradicción, por trabajar en un entorno de alta tecnología y no contar con un aparato moderno, pero asegura que "no quiero tener la tentación de usarlo cuando conduzco y estar ubicable siempre".
REGLAS DEL MERCADO
La disminución de los celulares antiguos también obedece a las reglas del mercado. Muchos preferirían mantener un aparato simple, pero el "modelo de renovación", explica Peña, significa que los clientes van a las compañías que en su mayoría ofrecen smartphones.
Pese a ello, explican en Entel, la empresa mantiene equipos más básicos para los clientes que lo requieran. "Contamos con tres variedades de modelos 'masivos' o feature phones, que en modalidad prepago parten en los 14.990 pesos", dice Antonella Solari, subgerenta de Terminales.
La poeta Tatiana Cumsille (53) también tiene un Samsung, que le costó 7.990 pesos. "Es para emergencias y para juntarme con alguien en algún lugar, mandar mensajes y como despertador. Cuando necesito conectarme a las redes sociales, uso el computador", dice.
El periodista Juan Pablo Rioseco (26) señala que los teléfonos inteligentes se "desvalorizan demasiado rápido". Por eso prefiere el Nokia que compró por casi ocho mil pesos.