Esos kilos de más que se fijan en forma de grasa en la cintura o las caderas no son del todo negativos, según una nueva investigación, pues albergan una serie de células que se pueden transformar en pluripotentes, es decir, células madre que se pueden utilizar de diversas formas.

Así lo afirman investigadores de la Universidad de Stanford en Palo Alto (California), tras analizar células grasas que aspiraron a cuatro personas con sobrepeso de entre 45 y 60 años, en un reporte que publican mañana martes en la revista "Proceedings" de la Academia de Ciencias estadounidense (PNAS).

"Hemos identificado una gran fuente natural", comentó el coautor del artículo Michael Longaker, que calificó a la grasa aspirada como "oro líquido".

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Según sus conclusiones, las células grasas del vientre se transforman con mayor éxito y más fácilmente en células madre que las de la piel usadas hasta ahora (fibroblastos).

Las células de la piel tienen que ser tratadas en el laboratorio tres o más semanas antes de convertirse en células madre pluripotentes inducidas (iPS). En cambio, las grasas se transforman de inmediato, según los expertos.

De su estado neutral (embrionario), pueden ser entonces reprogramadas para crear células óseas, musculares o grasas. Por el contrario, las células de la piel están más especializadas y en la reprogramación reaccionan peor, escribe el autor principal del artículo, Ning Sun.

Los médicos esperan poder tratar con células iPS en el futuro diversas enfermedades. Por ejemplo, las células pueden volver a crear tejidos dañados por enfermedades y convertirse por tanto en la base de terapias personalizadas. Las células embrionarias tienen el mismo material genético que el paciente, y por tanto no son rechazadas por éste.