Cuando el centro Pompidou de París fue inaugurado hace casi 40 años, en 1977, el edificio de los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers no pasó inadvertido. Un mastodonte de cristal y vigas metálicas con sus entrañas a la vista y pintadas de vivos colores se instalaba en pleno barrio de Le Marais, entre edificaciones de estilo Haussmann, generando desconcierto y ganándose el sobrenombre de "Mall de la cultura".
Pero esa confusión duraría poco. El lugar nacía de una iniciativa del presidente de la época, Georges Pompidou, quien soñaba con dotar a la capital de un centro cultural que uniera en el mismo espacio un museo, una biblioteca, un espacio para la creación industrial, la arquitectura y para la experimentación musical: "Pompidou pensaba que una sociedad es más ágil y está más dispuesta a cuestionarse y a innovar si sabe abrirse al arte de su tiempo. Su idea era que no hubiera jerarquía entre las disciplinas artísticas, entre las corrientes y los artistas, entre moderno y contemporáneo, entre museo y ciudad", explica Serge Lesvignes, presidente del centro.
La institución fue inaugurada finalmente por el sucesor de Pompidou, Valéry Giscard d'Estagny, y en 40 años se ha transformado sobre todo en el museo de arte moderno y contemporáneo más importante de Europa, visitado por 100 millones de personas al año, y en el fondo de arte más grande del mundo junto al del MoMA de Nueva York, con 100 mil obras, de las cuales el 95% espera en la bodega a ser expuesta, pues la superficie que el centro dedica a las exposiciones se hace pequeño.
Además, el Pompidou es una biblioteca de lectura pública, la Bpi; un conjunto de salas de cine y espectáculo; un instituto de investigación musical, el IRCAM; y espacios para la educación. Cada año presenta 25 exposiciones temporales y su edificio se convirtió en un ícono de la arquitectura del siglo XX.
Para celebrar esas cuatro décadas, el centro dedicará más de un año a un centenar de eventos, que comenzaron con la inauguración en octubre de la exhibición dedicada al artista abstracto franco-alemán de origen ruso, Vassily Kandinsky, en el museo de Grenoble, en el este del país. Detrás de este cumpleaños hay también una decisión política: las actividades serán repartidas a lo largo de 40 museos en Francia pues los organizadores quisieron "traducir la influencia del centro Pompidou en todo el país y mostrar que una gran institución parisina no opaca a los museos de regiones, sino que todo lo contrario", recalca Serge Lasvignes.
La ministra de Educación, Audrey Azoulay, lo ha dicho de manera aún más explícita: "En este período donde la cultura puede más que nunca constituir una respuesta al ensimismamiento, una apertura al otro, me alegra que el centro Pompidou proponga su espíritu y obras al mayor número de personas posible, y de esta manera, refuerce a los actores culturales en regiones y haga vivir la cultura en nuestro país".
Entre la cincuentena de exposiciones monográficas, el museo de Lyon hará una muestra en torno al taller de Henry Matisse; el de Ruán se dedicará a Picasso; y el de Metz consagrará una exhibición a Miró. En París se rendirá un homenaje a François Morellet en el museo de la Moneda, figura francesa del arte contemporáneo y que falleció en 2016. Pero como el Pompidou es un centro multidisciplinario, hay para todos los gustos: artes plásticas, pero también arquitectura, diseño, danza, música contemporánea, teatro y performance.
Dentro de la programación está prevista la última creación de la bailarina Fanny de Chaillé o las performances del coreógrafo francés Alain Buffard, la taiwanesa I-Fang Lin y el brasileño Volmir Cordeiro. Además se han previsto varias instalaciones nacidas de préstamos inauditos como una donación de arte ruso, conciertos organizados por el IRCAM y hasta cursos de arte en línea a partir de los 16 años. Y todo desde París a Cajarc, de Brest a Marsella, o de Nantes a la isla de la Martinica.
El Pompidou ha presentado más de 325 muestras de arte a lo largo de su vida y aunque es difícil escoger entre todos esos programas, su presidente cree que "algunos eventos del centro han hecho historia", como la retrospectiva dedicada al artista catalán Salvador Dalí en 1980, repetida luego en el 2013 con el mismo éxito. Lasvignes destaca también la muestra Inmateriales que "para muchos artistas contemporáneos marcó una especie de revelación pues se cuestionaba a través de diferentes disciplinas la validez del concepto de modernidad".
Tras la celebración de sus 40 años, el Pompidou se someterá a una gran restauración, valorada en 100 millones de euros. Entre los planes está la sustitución de las escaleras mecánicas, pero el centro mantendrá su actual estructura industrial. La renovación comenzará en 2018 y se extenderá hasta 2020, pero el Pompidou no cerrará. "Nuestro objetivo es permanecer abierto", dijo Serge Lasvignes.