Junto con YPF, Aerolíneas Argentinas es la empresa emblema de Argentina. Algo así como Codelco para Chile aunque, al revés de la minera, desde que fue reestatizada en 2008 sólo ha generado costos para el Estado. Pero ahora, el nuevo CEO de la compañía, el ex CEO de Techint, Mario Dell'Acqua -de visita en Santiago para inaugurar la ruta Córdoba-Santiago-, asegura que dejarán de requerir recursos en 2019. Además, agrega que están preparados para competir, tanto con la arremetida de las low cost como de Latam Airlines, el mayor y más duro competidor que tienen.
¿Cuánto pesa Chile para Aerolíneas Argentinas?
Hoy tenemos 43 frecuencias semanales que unen a Chile con Argentina. Ahora estamos inaugurando la frecuencia de tres veces por semana de Córdoba a Santiago. Es nuestra primera ruta a Chile sin pasar por Buenos Aires. Con respecto a 2015, hubo un 95% de aumento de pasajeros transportados desde o hacia Chile. Es muchísimo. Y es un flujo bastante equilibrado, no es sólo de argentinos, también chilenos.
Ustedes compiten con la chilena Latam y se aprontan a hacerlo con las low cost. ¿Cómo lo ven?
Aerolíneas ha competido desde el día que se creó. Esta es una compañía que colabora desde siempre en cuanto a los conocimientos. La industria es colaborativa: cuando un avión de cualquier compañía en el mundo tiene un defecto, sale un cable para los demás. Y también se compite fuerte y leal. Nosotros tenemos una buena competidora en Argentina, que es el grupo Latam, con el cual hoy tenemos una relación de cooperación y respeto, pero también de competencia. Y nos está yendo bien a los dos, porque está creciendo el mercado argentino. Tenga en cuenta que el argentino vuela muy poco.
¿Hay espacio para las dos?
El mercado doméstico argentino es menor que el chileno, siendo nosotros muchos más habitantes. Entonces hay una necesidad de productos, conexiones y obviamente también precios más acomodados. Esas cosas hacen que el mercado realmente crezca, y ha crecido cerca de 30% en el negocio doméstico, en dos años. Esto que ha sucedido en la década anterior en Chile y Brasil o Perú, se está dando ahora con algún retraso en Argentina en estos años.
¿Por qué este rezago?
Varias cosas. Primero, el concepto de casi aerolínea única que tenía Aerolíneas Argentinas, obras de infraestructura que no se hacían y también algún problema tarifario, de poner una tarifa mínima muy alta, para de alguna manera subsidiar al mercado de buses de larga distancia. Y además, alguna infraestructura que no se hizo. El nuevo gobierno ha encarado un plan integral, donde se hace hincapié en la seguridad aérea, creando una empresa de aeronavegación, lo que mejora muchísimo la eficiencia.
En Argentina, Aerolíneas es una empresa muy simbólica. En el gobierno anterior perdía mucho dinero. ¿Va a llegar a no requerir subsidios?
Aerolíneas va a seguir siendo del Estado. Pero todavía con subsidios. El promedio de aportes que hacía el Tesoro Nacional en el gobierno anterior era de US$ 670 millones por año. En 2016 se bajó a US$ 340 millones. Este año calendario estamos terminando con un déficit de US$ 170 millones y ya hemos enviado un requerimiento de menos de US$ 100 millones para el año que viene. Es nuestro deseo y compromiso: terminar la gestión en 2019 sin aportes del tesoro.
¿Había derroche de recursos?
Si nosotros con los mismos aviones y personal estamos aumentando los servicios y bajando el déficit, debe haber de todo.
¿Encontraron cosas llamativas?
Lo más impactante era el poco apego a la administración austera de los recursos públicos. Yo y gran parte de los colaboradores tenemos una manera de gestionar en que somos conscientes de cómo aplicamos los dineros que nos entregan. Eso no existía.
¿Cómo ven los acuerdos operativos o JBA?
Lo vemos muy bien. Lo estamos haciendo, porque tenemos un producto único, que es la capilaridad de interconexión dentro del mercado argentino. Volamos a 37 destinos en 23 provincias. Estamos firmando convenios con Alitalia en Europa o El Al, de Israel.
¿Está volviendo la confianza de los inversionistas a Argentina?
Cuando ganó el presidente Macri, yo estaba tan contento que le iba a decir que sí a lo que me pidiera. Hoy hay una gran esperanza en Argentina. En la región, antes era 'liberación o dependencia'. Hoy es manejar el Estado para beneficiar al soberano, el pueblo, o beneficiarse uno mismo. Hay políticos y gobiernos que trabajan en forma transparente y otros que se llevan la plata para la casa. Hoy veo signos importantes de desarrollo.