Este lunes Nueva York amaneció con bajas temperaturas, a una semana que el huracán Sandy devastara la costa este de EEUU. Ante este escenario decenas de miles de personas sin electricidad en el litoral del Atlántico comenzaron a pensar en algun algún otro lugar para quedarse, especialmente los que habitaban en viviendas públicas, que no tiene  donde ir.

Muchos conductores tuvieron que esperar, y algunos de ellos dormitaban en sus vehí­culos, mientras hací­an largas filas para cargar bencina. Otros viajeros abarrotaron el servicio limitado de trenes de Long Island a tal grado que algunos no pudieron abordar.

"Prepárense para más apagones", dijo Joe Pollina, del Servicio Meteorológico Nacional. "Quédense en casa. Aprovisiónense", apuntó.

Sandy dejó más de 100 personas muertas en 10 estados. Medio millón de personas continuaban sin energí­a eléctrica en Nueva York y más de 800.000 en Nueva Jersey una semana después de la tormenta.

Debido al descenso de las temperaturas durante la noche a entre uno y cuatro grados Celsius, las autoridades de la ciudad de Nueva York distribuyeron mantas y exhortaron a las ví­ctimas a que acudan a los albergues.

Sin embargo, las autoridades comenzaban a preguntarse dónde podrí­an ser albergadas las decenas de miles de personas de la región densamente poblada alrededor de la ciudad más grande de Estados Unidos cuyas casas podrí­an estar inhabitables durante semanas o meses.

Bloomberg dijo que podrí­a ser necesaria la reubicación de entre 30.000 y 40.000 neoyorquinos, una tarea monumental en una ciudad donde la vivienda es escasa y cara, aunque señaló que el número podrí­a bajar a 20.000 dentro de un par de semanas a medida que se restablezca la electricidad en más partes.

"No permitiremos que nadie duerma en las calles. Pero es un reto y trabajamos para afrontarlo", afirmó Bloomberg.

El alcalde de Nueva York, fue cuestionado además, sobre si la ciudad estarí­a preparada para las elecciones presidenciales del martes. "No tengo idea", respondió.