Alrededor de un centenar de diputados iraníes boicoteó hoy el festejo de la victoria electoral del Presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, lo que indica una agudización del conflicto interno, pese a la reducción de las protestas callejeras opositoras, informó la emisora británica BBC.

De los 290 diputados invitados a la fiesta para celebrar la reelección de Ahmadinejad, 105 no aparecieron, informó la emisora británica citando diarios iraníes.

Un corresponsal de la emisora lo interpretó como signo de las profundas fisuras que se están abriendo en la cúpula iraní. Sin embargo, analistas en Teherán dijeron simplemente que en estos momentos muchos de los diputados se encuentran en sus provincias de origen.

Mientras tanto, el candidato a la presidencia de Irán y político opositor Mehdi Karrubi canceló la ceremonia que había convocado hoy en Teherán para recordar a las víctimas de las protestas por fraude tras las elecciones presidenciales del 12 de junio.

Desde las oficinas del partido de Kurrabi, un político moderado y ex presidente del parlamento, se señala que las autoridades no ofrecieron al partido ningún lugar donde poder celebrar la ceremonia, ya que el Ministerio del Interior ha prohibido todas las concentraciones de protesta.

Según los cuestionados resultados oficiales, Karrubi quedó considerablemente por detrás del presidente reelecto Mahmoud Ahmadinejad y el líder opositor Mir Hussein Musavi.

Karrubi ha desafiado al régimen islámico al afirmar que no acepta el resultado de los comicios y por ello no cosidera que el nuevo gobierno haya sido elegido democráticamente. También el líder de la oposición Musavi ha pedido que a sus seguidores que sigan manifestándose pero que se abstengan de cualquier acto violento. En las protestas han muerto al menos 17 personas y cientos han sido detenidas.

Según informaron seguidores de Musavi, el miércoles fueron detenidos 70 profesores y otros académicos, después de reunirse con el líder de la oposición. En una declaración en la web de Musavi no quedo claro dónde fueron trasladados.

Mientras tanto, Ahmadinejad pidió hoy a su homólogo estadounidense Barack Obama que no interfiera en los asuntos internos del país por las manifestaciones contra un posible fraude en las elecciones presidenciales del 12 de junio, y que se disculpe por sus declaraciones, informó hoy la agencia iraní Fars. Ahmadinejad también pidió a Obama que cometa los mismos errores que su predecesor, George W. Bush y no repita sus políticas.

Obama se esforzó tras su llegada al poder por romper con la política de Bush respecto a Irán de intentar un acercamiento. Sin embargo, criticó la represión de las protestas contra los comicios.

La Casa Blanca retiró además las invitaciones a funcionarios iraníes para asistir a las celebraciones por el Día de la Independencia, luego de que ningún representante del país persa confirmara su participación, anunció hoy el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.

"El 4 de julio nos permite celebrar nuestra libertad: libertad de expresión, libertad de religión, libertad para reunirse pacíficamente, libertad de prensa (...) Por eso creo que no es de extrañar que (ningún funcionario iraní) haya aceptado venir. Dados los hechos de los últimos días (enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas del orden), esas invitaciones ya no serán ofrecidas".

El 2 de junio, el Departamento de Estado informó que las embajadas estadounidenses estaban autorizadas a invitar a funcionarios iraníes para las festividades anuales. Desde que las relaciones diplomáticas formales entre Estados Unidos e Irán se vieron dañadas en las últimas tres décadas, los funcionarios iraníes no eran invitados a este tipo de festejos.

Mientras, la CNN informó que Obama contactó con la cúpula iraní antes de los comicios y envió un escrito al Líder de la Revolución, el ayatolá Ali Jamenei, en el que pedía la reanudación del diálogo. Sin embargo, la crisis actual podría dificultar el acercamiento.