Era una tradición de Pixar, que su compañía madre, Disney, también adoptó esta década con sus propias cintas animadas: antes de la película, se emite un corto que muchas veces deja tanta impresión como la historia principal.
Moana, estrenada ayer en los cines nacionales, no es la excepción. Antes de que comience la historia centrada en la cultura polinésica, se puede ver el corto Cabeza o corazón. La trama sigue a un hombre infeliz, Paul, y la lucha interna entre su cerebro o su corazón por dirigir su vida. El segundo es impulsivo y quiere divertirse, mientras que el primero es serio y ve un potencial desenlace fatal en cada paso que da el humano. Entre medio, otros órganos hacen de las suyas.
El corto es una expresión autobiográfica de su creador, Leo Matsuda, un brasileño -de ascendencia japonesa- que ya había trabajado en la animación de Ralph el demoledor y Grandes héroes, y con este proyecto dirigió su primer corto para Disney. "Cuando era niño me fascinaban las enciclopedias de anatomía. Por alguna razón, esas imágenes son de las que más perduran sobre mi infancia, y quería encontrar alguna forma de expresarlas", cuenta Matsuda a La Tercera.
El también dibujante explica que el personaje principal terminó siendo, involuntariamente, una representación de sí mismo. "Quería que fuera un tipo genérico. Pero un día le mostré el borrador a mi prometida y me dijo: '¿Tienes claro que eres tú, cierto?'. Traté de negarlo, pero me dijo; 'tú tienes la cabeza cuadrada y andas estresado todo el tiempo'", explica.
Pero para su director, Paul no es el protagonista: los órganos lo son. Y eso presentó un desafío extra: "Los órganos son asquerosos y no pueden ser parte de un corto de Disney", dice riéndose. "Probamos muchas fórmulas que no funcionaron. Eso hasta que fuimos a un acuario, y allí encontramos la solución. Los peces son a veces muy gráficos, pero también coloridos. Eso nos abrió una puerta que funcionó muy bien", concluye.