Anoche tuvo lugar una nueva edición de los premios Emmy, que premian a lo mejor de la televisión estadounidense. Y si bien, hubo algunas consolidaciones, se registraron a su vez varias sorpresas, que llamaron la atención incluso de los ganadores.
HOMELAND SE IMPONE EN DRAMA
La serie protagonizada por Claire Danes se impuso ante favoritos como Mad Men y Breaking Bad. Si bien, el galardón para la actriz por su protagonismo era esperado, el programa se llevó además los premios a Mejor Drama, Mejor Guión y Mejor Actor de Drama. Este último fue para Damian Lewis, quien superó a los favoritos Bryan Cranston de Braking Bad y Jon Hamm de Mad Men.
JULIA LOUIS-DREYFUS SUPERA A LAS FAVORITAS
Ella misma se sorprendió cuando escuchó su nombre. Julia Louis-Dreyfus ganó el Emmy por su actuación como la vice presidenta de Estados Unidos en Veep, superando a actrices que se barajaban como las favoritas.
Louis-Dreyfus se subió al escenario temblando y en medio de risas nerviosas, y no era para menos, tras haber obtenido el galardón por sobre Tina Fey, Amy Poehler, Melissa McCarthy, Edie Falco, Lena Dunham y Zooey Deschanel.
Pero además, se lo tomó con humor, leyendo en un comienzo el discurso de aceptación de Poehler. Y luego, tras leer su propio discurso, dijo "¿no es una pena que Amy Poehler no haya ganado?", mientras su amiga la miraba desde los asientos, fingiendo envidia.
MODERN FAMILY SE CONSOLIDA EN COMEDIA
Atrás quedaron los días en que 30 Rock se llevaba todos los galardones para el género de comedia. Este año, Modern Family volvió a triunfar, llevándose la estatuilla en la categorías de Mejor Comedia, Mejor Actor de Reparto en Comedia, Mejor Actriz de Reparto en Comedia y Mejor Dirección en Comedia.
GAME CHANGE Y JULIANNE MOORE BRILLAN EN MINI SERIE O PELICULA
La categoría de Mini Serie o Película para la televisión es una de las más variadas en cuanto a sus nominados. Y este año de elecciones presidenciales, la que se llevó casi todos los aplausos fue Game Change, la producción de HBO que relata el camino de Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, en 2008.
Julianne Moore se llevó el premio por su actuación, deslumbrando en un vestido amarillo, y superando a otra favorita, Nicole Kidman.
La película, además de llevarse el galardón como Mejor Mini Serie o Película, triunfó en las categorías de Mejor Guión y Mejor Dirección.