César Aira dice que "Cortázar es un Borges de segunda categoría"
El irreverente escritor argentino, quien hace un taller en España, fustigó a la prensa de su país para quien "cada quince días hay un escritor imprescindible que hay que leer".

El escritor argentino César Aira definió hoy a Julio Cortázar como un "Borges de segunda categoría", de "latón", ya que "quien ha llegado a apreciar a Borges deja a Cortázar para el "kindergarten".
César Aira, que esta semana imparte un taller en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de la ciudad española de Santander, dijo que no aprecia especialmente a Cortázar, aunque admitió su "carácter iniciático" para "los adolescentes que quieren ser escritores", y que "siempre lo van a seguir leyendo". Estas declaraciones ya las había formulado hace algunos años, lo que despertó una polémica en su país, donde Jorge Luis Borges y Cortázar son considerados los escritores más importantes de su historia.
Según Aira, "un escritor realmente bueno aparece una vez cada cincuenta años". "Los argentinos tuvimos a Borges en el siglo XX", por lo que "no tenemos que preocuparnos en cuatro o cinco siglos por tener otro bueno", añadió.
Por ello el escritor criticó que la prensa haya adoptado el mal hábito de descubrir cada quince días un escritor "imprescindible al que hay que leer", sostuvo. Sobre sus actuales preferencias, Aira citó al colombiano Fernando Vallejo y al fallecido escritor chileno Adolfo Couve.
Para Aira, "la literatura literaria es una actividad estrictamente minoritaria que interesa a poquísima gente" y lo que se practica en la actualidad es "una novela comercial, que es una puesta al día temática de la vieja novela del siglo XIX". Y algo que nunca le ha preocupado, a pesar de haberse ganado la vida y criado a sus hijos "traduciendo novelas norteamericanas malísimas".
En su opinión, conviene "mucho más traducir mala literatura que buena literatura porque los editores pagan lo mismo por una y por otra y la mala es muchísimo más fácil de traducir, porque está escrita con estereotipos".
Por ello, publica su obra en "pequeñas editoriales independientes en Argentina" creados por amigos suyos. El escritor, nacido en Coronel Pringles en 1949, afirmó que le gusta escribir "pequeños libritos secretos" y que no busca adular al público sino crear en él "esa actitud del coleccionista que tiene que buscar, a veces con mucho trabajo, esos libros que se venden en una sola librería en algún suburbio alejado".
César Aira confesó que aceptó la invitación de impartir el taller en la UIMP porque "nunca había dado clases" y quería probar "qué se siente con esto antes de irme de este mundo".
Advirtió a sus alumnos de que lo iba a hacer "a su modo y lo aceptaron con mucho gusto", porque "al escritor se le perdonan muchas cosas".
"El hecho de que estos cursos sean breves, cinco días intensivos, crea un estado de efervescencia intelectual en el que se participa mucho y, por suerte, en un clima muy distendido y agradable", añadió.
En lo que respecta al estilo, César Aira defendió que está formado tanto por los buenos como por los malos hábitos, ya que "la literatura es una actividad tan rara que a veces los defectos sirven más que las virtudes. De hecho, los escritores muy virtuosos suelen ser los más aburridos".
El autor argentino defiende que, frente a la pretensión de escribir algo "bueno" es mejor escribir algo "nuevo", puesto que "ya se han escrito demasiados libros buenos" y "¿si no alcanza toda una vida para leerlos, para qué se necesita alguno más?", se preguntó.
En esa búsqueda de "lo nuevo", la función del escritor es "dejarle al mundo algo que no tenía antes de que estuviéramos nosotros", aunque esa búsqueda le lleve hasta "el fondo de lo desconocido" o a "escribir mal y sacrificar la calidad si es necesario para que salga algo que no había antes".
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