Tomó una novela de Kurt Vonnegut, probablemente Matadero cinco, avanzó 30 o 40 páginas y luego se sintió un "idiota por estar perdiendo el tiempo". No es Vonnegut lo que le molesta a César Aira (64), es cualquier novela convencional. Según sus cálculos, cada 10 años intenta sin suerte leer una. Sabe que siempre será lo mismo: "La nube oscura del tedio me envolverá completamente", anota en su nuevo libro Continuación de ideas diversas.

Recién publicado por Ediciones UDP, el libro es una colección de apuntes y notas que suspende el torrente de ficción de Aira -¿lleva cuántas novelas? ¿70 en 30 años?- para iluminar los laberintos de su propia obra. "Quiere ser un ensayo, de formato no convencional, sobre el juego de las ideas, sus asociaciones, resonancias, transformaciones", dice a La Tercera. Y añade "Pretende ser una confesión plenaria de mi modo de pensar y de crear".

En la misma línea de sus novelas -cortas, delirantes y sorpresivas-, en Continuación de ideas diversas Aira también es escurridizo: cuando distingue el realismo de lo fantástico, deplora la metaliteratura, se declara una y otra vez fanático de los policiales británicos de los 30, menciona a las tiras de Superman de los 50 y 60 como su principal influencia, rastrea los procedimientos de John Cage, incluso cuando se pregunta si el "mecanismo de la pesadilla invadirá la vida de toda la gente como invade la mía", Aira siempre parece estar dando pistas sobre su propia obra.

"Durante mucho tiempo creí que yo era el único que entendía los ready-made de Duchamp (...) Lo mismo me pasó con el cuento de Borges Pierre Menard, autor del Quijote (...) me pasa también con la obra de Raymond Roussel", escribe Aira y, de nuevo, pareciera insinuar la existencia de un posible lector capaz de entender los misterios de sus libros. Via mail, Aira duda: "No creo que haya ningún enigma a resolver en mis libros. Todo está a la vista".

Figura central de la narrativa argentina de los últimos 20 años, Aira viene proclamando desde los 80 una militancia en la vanguardia y en Continuación de ideas diversas insiste hasta llamar a sus textos "vanguardismos". Más que una estética particular, es un modo de disentir de lo tradicional: "Creo que uso esas palabras, vanguardia, vanguardismo, en un sentido amplio, como lo opuesto a lo convencional o previsible. En realidad, no le veo nada de especial", dice. Y añade: "Todo escritor, todo artista, es naturalmente vanguardista, porque su trabajo no puede tener otro estímulo que el de crear algo nuevo y distinto".

Apuntes sobre la traducción, reflexiones literarias al vuelo, más de un verdadero relato, etc., Continuación de ideas diversas es un libro de estructura potencialmente infinita, aunque en sus 86 páginas se acerca a la perfección. En carpeta, Aira tiene tres novelas, una en imprenta, otra que reescribirá, otra a la mitad: "Las tres muy cortas, 50 páginas promedio, no sé si se las puede llamar novelas. Cada vez se me hace más difícil, y cada vez quedo menos contento", concluye.