César Fuentes suma un año y medio en la UC. Luego de un inicio con altibajos, hoy es insustituible. El rancagüino de 23 años se transformó en el equilibrio que requería la propuesta de Mario Salas.
El socio de todos. En silencio, sin las luces ni el carisma mediático de otros, su rendimiento creció durante 2016, sobre todo en la segunda parte del año, hasta convertirse en pieza clave. Con su manejo de los tiempos, y su apoyo constante en todas las zonas de la cancha, mejoró el ritmo del equipo de Salas.
Tras la consagración, con la misma claridad con la que corre la cancha, analiza el porvenir de la UC. En diálogo con La Tercera celebra y ensalza las virtudes de su equipo, aunque deja en claro que la mentalidad está puesta en ir por más.
Un año tremendo para la UC. ¿Qué es lo que usted más destaca al haber logrado el objetivo?
La convicción que tuvimos para ir a buscarlo. Todas las cosas salieron como las habíamos planificado. Fuimos progresando un montón como equipo a lo largo del semestre y, por suerte, se fueron consiguiendo los objetivos. En la Copa Chile y la Copa Sudamericana no se dieron las cosas, es verdad, pero sumamos tres títulos en un año, y eso es una cuestión súper importante. Nos propusimos hacer historia en el club y, por suerte, se dio todo de buena manera.
¿El bicampeonato ratifica una forma de hacer las cosas? ¿Reafirma que van por el camino correcto?
Este título sirve para ratificar todo lo bien que se han venido haciendo las cosas. En todo sentido. La UC es un equipo integral y el título que logramos tiene mérito de todos. De nosotros los jugadores, pero también de los dirigentes, del cuerpo técnico y de toda la gente que trabaja al interior del club. Todos aportan un granito de arena.
Usted lleva un año y medio en el club. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
Estamos mucho más maduros, enfrentando los desafíos con otra mentalidad. Todas las cosas malas que tuvo que pasar este grupo sirvieron para madurar nuestra propuesta. Todo sumó para llegar hasta este momento en que podemos celebrar este histórico bicampeonato.
¿Es diferente este torneo ganado respecto del que ganaron a mitad de año?
Son planteles muy parecidos. Se mantuvo la base y se incorporaron jugadores que entraron bien en el grupo. Verdaderos refuerzos. El sello distintivo es que somos muy unidos, que nos llevamos todos bien. Somos una familia. Todos amigos. Y eso se ve reflejado dentro de la cancha.
¿Y qué distingue a este equipo de los demás? ¿Hay algo, aparte del buen funcionamiento, que los haya llevado hasta lo más alto?
Con el tiempo nos hemos ido afiatando y consolidando en todos los aspectos. Hay una buena relación entre todos y en todas las áreas del club. En la UC todos reman para el mismo lado, como se dice, y creo que lo demostramos durante todo el semestre, todo el año. Estamos muy felices y muy orgullosos de haber obtenido este logro tan importante para un equipo grande como la Católica. Nos hace felices darle una alegría tan grande a nuestra gente, que nunca dejó de apoyarnos, incluso cuando las cosas no fueron tan bien. Esto es para ellos. Hay muchos que nunca habían vivido esto y ahora pueden celebrar con mucho orgullo.
¿Qué viene después de un año tan bueno? ¿Hasta dónde se puede ilusionar la gente?
Nos consagramos a nivel local, pero ahora hay que pensar en un campeonato internacional, donde estamos al debe. Esa es la prueba de fuego. Ahí hay que demostrar todo lo que hemos madurado y aprendido durante el último año.
¿Está en el mejor momento de su carrera? ¿Qué tan importante se siente en la obtención del título?
Me he ido sintiendo cada vez más cómodo e importante dentro del funcionamiento del equipo. Yo mismo me he dado cuenta de que he subido el nivel y que por fin estoy mostrando todo el potencial que tengo, pero soy un convencido de que siempre se puede dar más. No me conformo. Ni yo, ni mis compañeros. Ahora estamos celebrando lo que conseguimos, pero en la mente de todos está el deseo de siempre intentar mejorar e ir por más.