Chaitén, Grytviken y Oradour, la historia de tres ciudades que se convirtieron en ruinas

Factores como la erupción de un volcán, la sobreexplotación de ballenas y una matanza, convirtieron a estos tres pueblos en ruinas.




Una serie fotográfica, publicada por el Daily Mail, revela las ruinas de antiguos poblados de diferentes partes del mundo que fueron abandonados, como por ejemplo Chaitén, al sur de Chile que debió ser evacuado por la erupción del volcán.

Chaitén fue casi borrada del mapa por el volcán, del mismo nombre que hizo erupción en 2008, y la inundación provocada por el río Blanco. Casas derrumbadas y cables enredados siguen siendo algunos de los pocos signos de la gente que una vez vivió allí.

En Grytviken en Georgias del Sur, ubicadas en el Atlántico sur, gigantescos huesos de cetáceos y buques petroleros abandonados cuentan la historia de un pueblo de cazadores de ballenas.

La historia dice que ese lugar fue habitado hasta 1960, momento en que la estación ballenera cerró debido a la baja en la población de ballenas, convirtiéndose así en un pueblo fantasma.

Los pueblos fantasmas son producto en su gran mayoría por los desastres naturales, pero algunos desastres son provocados por el hombre, como la tragedia de Oradour-sur-Glane, Francia.

El pueblo francés fue destruido cuando más de 600 de sus habitantes fueron masacrados en 1944 por una división alemana de la SS del III Reich.

Imágenes de Chaitén

Una erupción en el año 2008 dejó a Chaitén cubierta de cenizas.

Hacía 9 mil años que el volcán no hacía erupción.

Imágenes de Grytviken, en Georgia del Sur

Gryvtiken es una isla de Georgia del Sur, donde los restos atestiguan un pasado ballenero.

En la década de los 60, la base ballenera fue cerrada.

Abajo al lado derecho, se puede apreciar el cementerio donde está enterrado Ernest Shackleton.

Imágenes de Oradour-sur-Glane, Francia

La villa original fue destruída el 10 de junio de 1944, cuando 642 de sus habitantes, incluidas mujeres y niños, fueron masacrados por las Waffen-SS de Alemania.

Restos de automóviles son un reflejo de lo que queda del pueblo.

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