París, 1913. El compositor ruso Igor Stravinsky estrena La consagración de la primavera en el prestigioso Teatro de los Campos Elíseos. Dentro de la audiencia que colma el recinto se encuentra Gabrielle Bonheur Chanel, más conocida como Coco, quien observa el ballet con admiración. No así el resto del público: la rupturista pieza provoca abucheos y burlas de parte de los asistentes, que culminan la gala a combos y patadas.
Aquella es la secuencia de apertura de Coco Chanel & Igor Stravinsky, filme que clausuró el Festival de Cannes en 2009 y que hoy cierra la exitosa XII edición del Festival de Cine Las Condes, organizado por el municipio, en conjunto con La Tercera y Fundación CorpArtes. Luego de nueve noches de exclusivos estrenos cinematográficos provenientes de las más diversas filmografías del mundo, el encuentro en el Parque Araucano finaliza hoy, a las 21.30 horas, con la exhibición en pantalla grande del intenso y furtivo romance entre la diseñadora y el vanguardista compositor.
Durante la presentación del filme en el certamen francés, el realizador holandés Jan Kounen (99 francos) explicó cuál fue su punto de vista para abordar la historia. "Traté de describir la relación entre un artista y su trabajo, fundiendo personalidad, sicología y creación (…), además de la obsesión y el sacrificio de su vida por el bien de su arte", afirmó.
Chanel (Anna Mouglalis) y Stravinsky (Mads Mikkelsen) se conocen en una fiesta parisina, siete años después del vapuleado concierto. El compositor ha elegido exiliarse en Francia tras la revolución bolchevique. Ella, cautivada por su talento, le ofrece su mecenazgo, que consiste en trasladarse con su esposa y sus cuatro hijos a una villa en las afueras de la capital, para elaborar sus nuevas composiciones. El músico aceptará la oferta, seducido por la excentricidad y estilo de su nueva benefactora. Dejándose llevar por sus estímulos, ambos desatarán su pasión y ésta estimulará la creatividad en ambos: será entonces cuando la modista dé vida a la fragancia que la consagró, Chanel No. 5.
Para el novelista británico Chris Greenhalgh, coguionista del filme y autor del libro que inspira el relato, "la idea nació cuando vi una foto de ellos dos juntos. Ambos llevaban vidas exactamente paralelas. Nacieron con un año de desfase y murieron prácticamente a los 88 años. Esto tocó una fibra, porque yo sabía que eran 88 las teclas de un piano. Y me gustaba la conexión de los motivos en blanco y negro del piano y de los diseños de Chanel", explicó en Cannes.
La cinta contó con la aprobación de la crítica. Para el comentarista de la de revista Premiere, Gael Golhen, "el filme se aleja del biopic, dando paso a un retrato lleno de invenciones visuales y de sublime puesta en escena". En tanto, el crítico del Chicago Sun-Times, Roger Ebert, destacó que "las actuaciones están muy bien moduladas para proyectar exactamente lo que el director quiere decir acerca de estas dos personas".