¿Por qué viajas?
Por placer, con mi marido y mis hijos.
¿Cuáles son tus lugares favoritos?
Muy obvio: París, Londres, Nueva York y Milán.
¿A dónde te mueres de ganas de ir?
África subsahariana.
¿A qué lugar no irías jamás?
Hoy, a Corea del Norte.
¿Qué llevas siempre en tus viajes?
Libros, varios libros, aunque en general tengo siempre poco tiempo para leer.
¿Qué cosa no llevas nunca?
Siempre se me olvida el pijama.
¿Algún ritual?
Comer comida local e ir al supermercado.
¿Ventana o pasillo?
Ventana.
¿Cómo te relajas en un vuelo?
¡Me quedo dormida antes de que despegue el avión!
¿Qué usas para recorrer?
Hace ya mucho tiempo que opté por usar unas buenas zapatillas.
¿En cuántos idiomas puedes pedir un trago?
"Champagne", se dice igual en todas partes del mundo.
¿Tomárselo con calma o verlo todo?
Con calma, de todas maneras.
¿Qué es lo más raro que te ha pasado en un viaje?
Muchas cosas, desde dormir con un grupo de amigos en la estación de trenes de Venecia, en espera del carnaval, o en la plaza de Pamplona esperando los sanfermines; hasta encontrarme con amigos en los lugares más inesperados del planeta.
¿El mejor hotel en que has estado?
En un lugar perdido en Vietnam.
¿El aeropuerto que más te gusta?
Ninguno.
¿Qué lugares visitas siempre en una ciudad?
Los museos.
¿Dónde comerías mil veces?
En el Espíritu Santo y el Ápice, en Valparaíso.
¿Qué te traes siempre de vuelta?
Tengo una colección de pequeños lecheros blancos.
¿Algún héroe de viajes?
Arturo, mi marido.
¿Qué no hay que dejar de conocer en Chile?
Los observatorios astronómicos del norte.
¿Y en el mundo, de qué no hay que perderse?
Italia, me parece que está entre los imperdibles.
¿Tu mejor consejo de viaje?
Viajar todo lo que se pueda.