La Presidenta Michelle Bachelet partió a las 13.45 de ayer rumbo a Quito, donde hoy entregará el mando de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) a su par ecuatoriano, Rafael Correa. La delegación chilena, a esa altura, estaba relativamente confiada en que el acto no iba a ser empañado por la tensión regional que provocó el acuerdo que selló Colombia con Estados Unidos, para que ocupen siete bases militares de su país con el fin de combatir el narcotráfico.
En pleno vuelo de Bachelet, sin embargo, el Presidente Hugo Chávez volvió a embestir en contra de Colombia y EE.UU. Más aún, sostuvo que reflotará el tema en la cumbre, pese a que Chile, Brasil y Perú se oponen a hacerlo. Los tres países respaldan la decisión "soberana" del gobierno de Alvaro Uribe, en contraposición a la postura de rechazo a las bases militares por parte de Venezuela, Bolivia, Argentina y Ecuador. En el caso de La Moneda, además, quieren evitar que la despedida de Bachelet de la presidencia de Unasur, que inició en mayo de 2008, quede relegada a un segundo plano.
Chávez virtió duras críticas a su par colombiano, Alvaro Uribe, quien decidió hace algunos días ausentarse de la cumbre de Quito. "Permitirle a EE.UU instalar bases en territorio de Sudamérica es una traición a los pueblos de Sudamérica", afirmó.
El líder caraqueño sostuvo que el acuerdo "incrementará la gran amenaza contra nosotros (Venezuela). Por eso hago un llamado al pueblo y a las Fuerzas Armadas: "¡Vamos a presto de combate". Luego, añadió que "iré (a Unasur) a decir las verdades que hay que decir en los momentos como este y a invitar a los miembros de América Latina a que, cada quien con su estilo, levantemos nuestra voz. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante una amenaza como esta".
FUERA DE PROGRAMA
Bachelet ha intentado aprovechar su rol en Unasur para potenciar su imagen internacional. Ayer, al llegar a Quito -cerca de las 19 horas- dio una suerte de balance de su gestión y recordó que el grupo intervino en la crisis de Bolivia el año pasado.
"En este primer año de vida de Unasur hemos logrado que todos los líderes del mundo sepan a quién hay que llamar si quieren tener una relación con América del Sur", dijo la Mandataria en el aeropuerto.
Hasta ese momento, el programa de la ceremonia sólo contempla un discurso de Bachelet, otro del Presidente Correa y una ceremonia en la iglesia San Agustín. En total, el acto durará una hora y 30 minutos.
El gobierno de Bachelet fue firme partidario de que no exisitiera ninguna modificación al protocolo de la ceremonia, con el objetivo de no dar espacios para tensionar la cita con el tema de las bases militares. El Ejecutivo también apoyó la idea de no incluirlo en la declaración final de los gobernantes, que hasta anoche negociaban los cancilleres.
Paradójicamente, la Mandataria había sido partidaria de debatir el tema en la cumbre. Su primera postura la dio a conocer luego de sostener, el 30 de julio una reunión con el Presidente Lula da Silva, quien en principio también era un crítico del acuerdo de Colombia y EE.UU., en la medida en que las bases estaban en la zona fronteriza con la Amazonía brasileña. En el gobierno explicaron posteriormente que Bachelet nunca quiso enemistarse con Obama y Uribe, a quien recibió la semana pasada en La Moneda.