Chelsea no da paso en falso en casa. El cuadro londinense derrotó al Liverpool en el último partido del año, y sigue dando la pelea en la parte alta de la tabla, muy cerca del Manchester City de Pellegrini, y del lider, el Arsenal.

Eso sí, el invicto de José Mourinho de local en la Premier League pareció temblar cuando apenas iban 4 minutos del partido. En la primera jugada de peligro del partido, a través de un tiro libre, el defensor eslovaco Martin Skrlet aprovechó un rebote para aparecer como el goleador más inesperado y empujar la pelota dentro del arco. Los rojos se adelantaban rápidamente en el Stamford Bridge.

Sin embargo, el cuadro azul era más. No se dejó intimidar por el golpe de camarín, y prontamente impuso sus términos de juego para inclinar la cancha a su favor.

Debieron esperar hasta el minuto 18 para que su figura dijera presente: el belga Eden Hazard remató desde la medialuna con la cara interna del botín derecho para clavar el balón en un ángulo imposible y decretar la igualdad.

Con el gol del empate, Chelsea se vio aún más suelto y con más confianza, por lo que la anotación de Samuel Eto'o en los 34', con algo de ayuda del portero Simon Mignolet, solo vendría a poner justicia en el marcador.

La segunda mitad trajo más lucha y enredos en el mediocampo. Liverpool mostró más osadía, pero no logró encontrar a un Luis Suárez gravitante y terinó chocando repetidas veces con la muralla azul dispuesta por Mourinho. Estos, por su parte, buscaron con un juego más directo, pero no consiguieron ampliar la ventaja.

La historia pudo cambiar a diez minutos del final, cuando, en una extraña jugada, Samuel Eto'o apareció en propia área y derribó a Luis Suárez sin balón en una acción que ya parecía intrascendente. El charrúa pidió penal, pero el árbitro desestimó los reclamos.

El partido terminó sin más movimientos en el marcador, y con el resultado, Chelsea quedó en la tercera ubicación del certámen inglés, a un punto del City y a dos del Arsenal.