Ha sido el mayor accidente nuclear de la historia. Lo que ocurrió la madrugada del 26 de abril de 1986 en la Central Nuclear Memorial V. I. Lenin de Chernobyl, Ucrania (entonces Unión Soviética), provocó el desalojo de unas 300 mil personas y una zona de exclusión de 30 kilómetros alrededor de la central.
En las semanas posteriores al accidente, la radiación alcanzó niveles máximos y las consecuencias fueron desastrosas sobre el entorno, siendo su manifestación más evidente los tonos rojizos que adquirieron los bosques de pinos en un radio de cuatro kilómetros. Fue a partir de entonces que la zona se conoció como el "Bosque Rojo". Además, el incremento de mortalidad en coníferas, invertebrados y mamíferos se produjo principalmente en zonas de alta exposición a las radiaciones.
Pero con el paso del tiempo la situación cambió. Porque, pese a figurar por años como una de las regiones más contaminadas del mundo, hoy es considerada un entorno privilegiado para la fauna y la vegetación, que ha atraído además la investigación científica.
Así, científicos y naturalistas prevén que la zona se convertirá en el mayor santuario de vida salvaje de Europa. El área de exclusión, donde vivían más de 120 mil personas antes de 1986, llega a los 2.600 km2. Actualmente, es administrada por el servicio de emergencia de Ucrania y su acceso es restringido.
"Debido a que la salud de las especies del mundo animal se juzga usualmente por sus números en vez de la condición individual, la vida salvaje en Chernobyl se considera saludable", indicó la bióloga norteamericana-ucraniana Mary Mycio a la revista Slate.
"El conteo de población llevada a cabo por Ucrania y Bielorrusia en los últimos 27 años ha mostrado que existe una diversidad animal enorme y abundante. La visión científica que prevalece sobre la zona de exclusión es que se ha convertido en un santuario de la vida salvaje", añadió.
Según la cadena BBC, la prohibición de actividades industriales y agrícolas permitió esta expansión de la naturaleza. La degradación de bosque a pradera, los monocultivos, los pesticidas o los sistemas de drenaje son algunos de los agentes invasivos que fueron suprimidos a partir de 1986 y los resultados son visibles, ya que surgieron ricos ecosistemas, se extendió el bosque mixto, e incluso aves como golondrinas o cigüeñas negras anidan sobre el sarcófago del reactor nuclear.
Los animales salvajes también se reprodujeron sin problemas, obteniéndose generaciones completamente sanas. Las únicas especies que han disminuido son las de animales domésticos, que al ser dependientes de los humanos se fueron con ellos. Sin embargo, ciervos, castores, lobos, zorros, nutrias, tejones, o mapaches han alcanzado altas densidades de población. Incluso especies prácticamente extinguidas como el lince o el caballo Przwalski han vuelto a los senderos del bosque.
De acuerdo con informes de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica), las consecuencias de la explosión del reactor número 4 sobre la población fueron mucho menos dramáticas que las divulgadas por los medios de comunicación.
A excepción de los operadores de la planta nuclear, los bomberos y liquidadores que trabajaron aquella noche así como en los días sucesivos a la tragedia, quienes vivían en zonas contaminadas próximas recibieron dosis de contaminación nuclear que no fueron tan altas.
Actualmente, salvo en algunos puntos, los niveles de contaminación se sitúan dentro de los límites recomendados. No obstante, su reducción será progresiva. Estudios científicos realizados por las Naciones Unidas en 2000 y 2005 confirman estos resultados.
Mycio hace mención al trabajo realizado por los biólogos Tomothy Mousseau, de la U. de Carolina del Sur, y de Anders Moller, de la Universidad de París, quienes señalaron que las poblaciones de insectos, pájaros y mamíferos están disminuyendo en las regiones más contaminadas de Chernobyl.
"Una de las fallas de la investigación es que ellos estudiaron el lugar más inapropiado posible. Sólo examinaron el "Bosque Rojo", que no parece un bosque natural. Es posible escoger una locación en Chernobyl y afirmar que hay menos animales, pero es como decir que hay menos animales en el parque nacional Yellowstone porque se encontraron pocas arañas en el estacionamiento", señala la científica.