Por tercer año consecutivo Chile volvió a registrar un retroceso en el Indice de Competitividad Mundial, pasando del lugar 30 al 31, su peor posición en 15 años.
Pese a la caída, sigue liderando en la región, según el estudio que realiza el International Institute for Management Development de Suiza (IMD) en coordinación con el Departamento de Administración de la Universidad de Chile.
El descenso se explica, principalmente, por una caída en los factores de Desempeño Económico y Eficiencia de Gobierno, aunque se mantiene como crítico en Infraestructura.
Para el vicedecano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Enrique Manzur, este retroceso "no es dramático", ya que se da en un contexto de caída general de países latinoamericanos. Según explica, en este tipo de ranking "hay países que avanzan más rápido, como lo que ocurrió este año con Estonia que subió seis lugares, se ubicó en el puesto 30 y provocó la baja de un puesto de Chile".
En Desempeño Económico, el país cayó del puesto 21 al 28, debido a que el factor de Economía Doméstica se desplomó del lugar 11 en 2013 al 42 este año (31 puestos).
Dentro de las principales debilidades en este indicador aparecen el déficit en cuenta corriente, exportaciones poco diversificadas y alta concentración en socios comerciales.
En Eficiencia de Gobierno, Chile cayó cinco lugares del 16 al 21. Este retroceso se explicaría por una baja en los indicadores de Estructura Social (-4), Marco Institucional (-3), Finanzas Públicas (-2) y Política Fiscal (-1).
Dentro de las principales fortalezas que tiene el país en este indicador, está el impacto positivo de la Política del Banco Central, el adecuado manejo de las Finanzas Públicas y un bajo número de días para iniciar un negocio. Mientras que entre las debilidades destacan la mala distribución del ingreso y alta tasa de interés real de corto plazo.
Si bien en Eficiencia de Negocios el país logró mantenerse en la posición 30, en el factor de Productividad registró una caída de 23 puestos, ubicándose en el lugar 46 este año.
Manzur explica que "más que un cambio radical en los números, que sigue siendo bajo, existe una actitud más crítica hacia la productividad. La encuesta muestra que cuando se pregunta sobre la productividad a la fuerza de trabajo y se comparara con estándares internacionales, la respuesta antes nos situaba en el lugar 37 y ahora nos ubica en el 52 (…) o sea, hay una percepción más crítica respecto a la eficiencia de las empresas y la productividad laboral".
Al bajo nivel de productividad se suma como debilidad el bajo interés de las empresas en capacitación, mientras que en las fortalezas destacan la positiva actitud hacia la globalización e imagen país, además del bajo riesgo en el sistema financiero y la buena percepción del acceso a crédito de las empresas.
En Infraestructura, en tanto, Chile retrocedió un puesto (47), debido a la imposibilidad de asegurar adecuadamente la energía futura, baja inversión en investigación y desarrollo y un sistema educacional que no satisface los requerimientos.
El académico de la Universidad de Chile espera que en un mediano plazo el país se mantenga en esa posición y manifestó que lo importante es que con el ranking se pueda aprender a qué cosas poner más atención, pues éste muestra problemas en energía y educación, agregando que la competitividad se debe traducir en mejor calidad de vida y en una reducción de la pobreza.
Desafíos para Chile
Chile deberá enfrentar, dice el informe, el diseño de un sistema educacional competitivo centrado en la enseñanza básica, media y técnica, además de realizar una reforma que reduzca la burocracia y promueva la eficiencia.
También sugiere que se promuevan estrategias que equilibren la competitividad, las preocupaciones ambientales y la calidad de vida.
A lo anterior, añade el documento, se suma "la implementación de una reforma tributaria que aborde las necesidades fiscales sin obstaculizar la competitividad y el desarrollo".