El mediodía es el momento en que el Sol está en lo más alto del cielo, tanto que al estar bajo él, casi no se produce sombra. "Hay la misma cantidad de horas de luz antes y después de ese momento", explica César Fuentes, astrónomo de la U. de Chile y el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (Cata). Para seguir la luz del Sol, debería amanecer cerca de las seis de la mañana.

Sin embargo, la hora solar pocas veces coincide con la hora civil, aquella que por convención adoptan los países, considerando aspectos sociales y económicos, como el ahorro energético.

En el mundo, la mayoría de los países se aleja entre media y hasta dos horas del tiempo solar, como Chile, que tras el último cambio de hora (UTC -3, tres horas al oeste del meridiano de Greenwich) quedó dos horas desfasado de la que le correspondería, el mayor desfase junto a China y Kazajistán.

"En un mundo ideal, todos los países en una zona horaria tendrían el mismo tiempo promedio, pero esto no siempre es adoptado", dice a La Tercera Louise Devoy, curadora del Observatorio Real de Greenwich. Esto debido a variaciones de la luz del día de acuerdo con la latitud (posición al norte o sur del Ecuador) y a las opciones económicas o políticas o sociales. "Si su país está significativamente al norte o al sur del Ecuador, entonces la variación estacional de la luz del día puede influir en su decisión de añadir o restar una hora para proporcionar más luz, ya sea por la mañana o por la noche", agrega.

"En los países del Hemisferio Norte, cuyo día es más corto, en invierno tenía sentido partir cuatro horas antes de mediodía. Para nosotros no mucho, porque los días son más largos", dice Fuentes. Pero lo tuvo en 1968, cuando se implementó el horario de verano (UTC-3), que adelantó el tiempo en 60 minutos. Chile pasaba por una severa sequía, con racionamiento energético, por lo que era una solución para añadir luz natural en la tarde.

Sin embargo, según lo que aseguró el Ministerio de Energía al anunciar, en enero, la fijación del nuevo huso horario, el ahorro energético es mínimo (0,7% menos en 2014), por lo que decisión de fijar el horario de verano fue por la preferencia social y la mejor calidad de vida que éste ofrece a la gente, que puede tener una hora más de luz en la tarde.

El mayor desfase

En China, el país completo tiene la hora de Beijing, a pesar de que se extiende a través de cinco zonas horarias. "Esto significa que para las personas que viven en el oeste, su tiempo de reloj es de tres horas antes de la hora solar local, lo que puede ser un reto en los meses de invierno y de verano, cuando la luz natural disponible no coincide con la hora del reloj", dice Devoy.

Algo similar a lo que ahora ocurre en la zona central del país, pero que ha ocurrido desde siempre hacia el sur, donde amanece aún más tarde.

Según Devoy, desde el punto de vista político y económico es más fácil adoptar una zona horaria única para un país, pero para las regiones agrícolas, donde la vida se rige por la luz disponible, "tiene sentido adoptar una zona horaria que se relacione estrechamente con el tiempo solar local, para que la gente pueda aprovechar al máximo la luz".

En las zonas industriales o ciudades, agrega, la vida cotidiana se rige menos por la luz del día y más por el reloj, por lo que cualquier variación entre ambas es menos problemático.