Más impuesto al tabaco para reducir su consumo. Esa es la exigencia que hace la OMS en el último informe sobre la Epidemia Global del Tabaco 2015 que dio a conocer esta semana en la ciudad de Manila, y así reducir el número de muertes que causa su adicción y así generar fondos para los sistemas de salud pública.
Según esta entidad, solo 33 países en el mundo fijaron un impuesto al tabaco que representa el 75% o más del valor final de la cajetilla de cigarros. Chile figura en el puesto número 11 entre los países que más impuesto tienen al tabaco, con un 81%.
“Subir los impuestos sobre los productos del tabaco es una de las formas más efectivas y más rentables de reducir el consumo de productos nocivos, mientras se generan ingresos públicos”, señala la directora general de la OMS, Margaret Chan. De acuerdo al informe, muchos países aún siguen imponiendo impuestos demasiado bajos al tabaco y sus productos derivados, incluso otras ni siquiera tienen regulación para fijar estos impuestos.
El documento sitúa a Chile como uno de los países con mayor prevalencia de consumo de tabaco entre los adultos en toda América con un 28% entre los mayores de 20 años, superando con creces a Argentina (18), Estados Unidos (14%), Brasil (13%) y México (8%).
A esto se suma el último Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile dado a conocer esta semana y que muestra que el consumo diario de tabaco entre las personas de 12 a 65 años, aumentó de 21,9% en 2012 a 22,7% durante el año pasado, rompiendo así la tendencia a la baja que se mantenía desde 2006, cuando la prevalencia era de 28,8%.
Si el aumento de impuestos es la medida costo-efectiva más potente para reducir el consumo, ¿por qué Chile no reduce todavía su la cantidad de fumadores?
Para Guillermo Paraje, académico de la Escuela de Negocios de la U. Adolfo Ibáñez, subir impuestos es una medida efectiva pero no la única. “En Chile la prevalencia está bajando, sobre todo en los más jóvenes y en los últimos años y esto está relacionado con el aumento del precio real que han tenido los cigarrillos. Pero de todas formas, la prevalencia sigue alta”, señala Paraje.
María Teresa Valenzuela, académica de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y consultora técnica de Chile Libre de Tabaco, explica que son varios los factores que influyen en la reducción del consumo. “Hasta antes del aumento de impuesto del año pasado, que tienen que ver con la reforma tributaria, las alzas de impuesto han sido leves y muchas veces esa pérdida ha sido absorbida por la industria tabacalera y al final el precio no es tan alto”, dice.
Otra razón por la que la prevalencia continúa alta, tiene que ver con lo reciente del alza de impuesto, según ella, “es una medida que impacta pero no en el corto plazo, no sabemos cómo ha impacto el aumento del impuesto del año pasado, porque se aplicó recién entre octubre y noviembre”.
“Lo más importante es que medidas como el aumento del impuesto y del precio, impactan a la gente más joven y que es la que nos importa, porque que retarden el inicio de consumo de tabaco o que no empiecen a fumar es importante y las cifras muestran que es lo que está ocurriendo”, señala Valenzuela.
Hasta el año 2011, la prevalencia de consumo de tabaco entre los más jóvenes sí había disminuido. Entre 2000 y 2009, el precio del tabaco aumentó al mismo ritmo que lo hizo el ingreso de las persona, por lo que el consumo fue el mismo. Pero a partir de 2010, el precio final de los cigarrillos aumentó más que los ingresos y recién, a partir de entonces, se podría ver un cambio de conducta principalmente en los jóvenes porque ellos tienen menos recursos y se les hace más difícil comprar cigarrillos.
Según datos del Senda, la prevalencia/mes entre los escolares de octavo a cuarto medio, esto es, aquellos jóvenes que declararon haber consumido tabaco durante el último mes, se redujo de 41,3% en 2005 a 26,7% en 2013.
Para el mismo período, la prevalencia año, se redujo de un 53% a un 41,3%.
Subir más los impuestos
Paraje, es partidario de seguir subiendo el impuesto relacionado con el tabaco. “Un impuesto alto sobre un bien muy barato no lo sube mucho de precio al final. Chile es productor de tabaco, produce a bajo costo, por lo que el costo final de un cigarrillo es más barato que otros países. Para esta medida, lo que importa es que el precio final del tabaco sea alto”, señala Paraje.
Este precio alto, no solo está relacionado con el precio de costo del tabaco, el impuesto y el precio final, sino también con el ingreso de las personas. “En las políticas de control de tabaco se habla de asequibilidad. Si sube el impuesto, pero el precio final sube menos que el salario, en definitiva, los cigarrillos se hacen más asequibles para la población”, explica este economista.
A juicio de Paraje, los impuestos al tabaco y sus derivados en Chile deben seguir subiendo porque el 82% actual, no es suficiente. “Tiene que ser más alto el impuesto y no sólo eso. También hay que cambiar la estructura del impuesto, para tener solo impuesto específico al tabaco y no también sobre el valor del cigarrillo”, señala.
Otro aspecto que se debe mejorar y que también impactará positivamente en el consumo es aumentar la unidad mínima de compra. “Que la unidad mínima de compra sea una cajetilla de 20 cigarrillos, si solo vendiera de a 20, se dificulta el acceso sobre todo de los más jóvenes”, indica Paraje.
Pero como este tipo de “epidemia”, dice el economista, se combate con una batería de medidas, también está por aumentar la advertencia gráfica de las cajetillas, cuestión que esta semana también fue aprobada por el Senado. De aprobarse esta modificación a la ley, las cajetillas en Chile tendrán que llevar la superficie completa de la cajetilla con la advertencia.
Si lográsemos disminuir en 10 puntos la prevalencia de consumo de tabaco, evitaríamos más de 2.000 muertes al año.