Entre los países industrializados, Inglaterra presenta los peores índices de alcoholismo entre adolescentes. Un 33% de los jóvenes de entre 13 y 15 años ha estado borracho por lo menos dos veces. Esta es una de las conclusiones del informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) dado a conocer ayer y que establece un listado de 24 países.

A Inglaterra le siguen Dinamarca (31,6%) y Finlandia (28%). Y aunque el listado no incorpora a Chile, es nuestro país el que debería seguir en el ranking, si se consideran los  datos de la Encuesta Mundial de Salud Escolar realizada por el Ministerio de Salud y la OMS. Según estas estadísticas, el 25,9% de los adolescentes chilenos responde afirmativamente cuando se le pregunta si se ha emborrachado en más de una oportunidad. El informe para Chile tiene un desglose: el 25,1% corresponde a las niñas, y los varones llegan al 26,8%.

Si se examinan datos del Conace sobre consumo eventual de alcohol, es decir, por lo menos una vez al mes, los resultados arrojan que un 37,9% de los adolescentes consume alcohol en Chile.

Una práctica común para el 53% de los adolescentes chilenos es el consumo de alcohol la noche del sábado, de acuerdo con datos del Estudio de Drogas en Escolares de 2007. "Lo peligroso es que se reúnen básicamente con el objetivo de tomar para sentirse desinhibidos y locuaces, entre otras cosas. Además, como a esa edad las discotecas a las que pueden acceder no les venden trago, suelen tomar el alcohol antes de entrar, ya sea en la casa de alguno de ellos o en las plazas cercanas", comenta Verónica Gaete, directora del Centro de Salud del Adolescente SerJoven.

LAS DISTANCIAS
El 25,9% que se apuntan los adolescentes chilenos no sólo los ubican en un cuarto lugar. El dato casi triplica la realidad de países como Estados Unidos -que se anota un 11,9%- y dobla a naciones como Italia (12,7%), Grecia (12,7%) o Islandia (13,5%).

Los autores del informe explicaron que, aunque la mayoría de los países considerados tenían altos índices en la inversión que destinan a niños y adolescentes, esta situación no se ve relacionada con la prevención de conductas riesgosas, como el consumo de alcohol. En su opinión, los adolescentes están tomando demasiados riesgos, como en el caso de Inglaterra, que también presenta los niveles de embarazo adolescente más elevados de la muestra.

Verónica Gaete explica que entre los jóvenes chilenos con mayores factores de riesgo se incluyen aquellos que tienen un carácter impulsivo o excesivamente ansioso, los con autoestima baja, falta de asertividad, ausencia de espiritualidad, mal rendimiento en el colegio y problemas sicológicos.

Hay más: el estudio del Conace del 2007 señala que el 45% de los adolescentes chilenos no considera peligroso el consumo del alcohol y, en promedio, los jóvenes comienzan a beber entre los 13 y 14 años. Cuatro de cada 10 adolescentes entre 8° y 4° medio declara haber consumido alcohol recientemente.

EL ROL DE LOS PADRES

Verónica Gaete, de la U. de Chile, indica que "los padres chilenos son muy buenos para la crianza de niños, pero deficientes como padres de adolescentes, porque provienen de una sociedad paternalista. Además, las cosas han cambiado y hoy se requieren habilidades que no necesitaron las generaciones anteriores". Otro factor que favorece el consumo excesivo de los adolescentes es que los adultos no están dispuestos a restringir su propio consumo y con eso dan un muy mal ejemplo a los jóvenes, dice la experta. Para prevenir, destaca Gaete, es necesario que los adolescentes desarrollen habilidades para que no sientan que dependen del trago para interactuar más fluidamente.