Se desconcentran fácilmente en clases y algunos incluso se duermen sobre sus pupitres. Esa imagen es cada vez más común en las aulas chilenas. Y no sólo con los escolares más pequeños, sino sobre todo con los adolescentes. Ahora, un estudio realizado por el Boston College cifra, por primera vez, este fenómeno, usando datos de la prueba Timms 2011.

El resultado: Chile se ubica entre los ocho primeros países donde los escolares sufren mayor privación de sueño, según sus profesores, quienes fueron consultados sobre cómo este factor influye como un limitante para hacer sus clases. "Los datos Timms 2011 de Chile indican que cerca de dos tercios de los estudiantes de 4º básico (63%)y cerca de tres cuartas partes de los estudiantes de 8º básico (74%) se encuentran en salas donde la enseñanza de matemáticas y ciencias se ve limitada debido a la falta de sueño de estos alumnos. Eso es extremadamente preocupante. En comparación con el promedio internacional, Chile se ubica en los más altos porcentajes", dice a La Tercera Chad Minnich, del Centro de Estudio Internacional Timms y Pirls, del Boston College.

Tecnología y sueño

El sondeo, que incluye a más de 50 países que rindieron esta prueba, muestra que EE.UU. tiene el mayor número de estudiantes con falta de horas de sueño, con un 73% entre los nueve y 10 años de edad y el 80% entre los 13 y 14 años de edad. Los países con los mejores registros son Azerbaiyán, Kazajistán, Portugal, República Checa, Malta y Japón.

"Los lunes son un poco más complicados, porque el fin de semana el ritmo familiar se relaja", dice Juan Colil, director del Colegio Raimapu Tierra Florida. Si hay un niño somnoliento en el aula, generalmente el profesor le pide al alumno que salga a tomar un poco de agua, se despeje y vuelva a la sala. En los cursos más grandes, el mal uso de los dispositivos tecnológicos explica buena parte de este fenómeno, según Colil.

Una mirada que comparten los expertos, quienes dicen que la exposición nocturna a pantallas de TV, celulares y computadores es actualmente uno de los principales alteradores del sueño. Eso explica por qué en vez de las nueve horas diarias mínimas que deben dormir los niños para tener un rendimiento óptimo, con suerte llegan a siete.

Efectos

La neuróloga infantil del Centro del Sueño de Clínica Alemana, Verónica Burón, dice que la falta de sueño entre los escolares es cada vez más recurrente. "Cuando se duerme, el cerebro no descansa. En ese tiempo, toda la información que recibimos durante el día se archiva y se ordena para que se pueda acceder más fácilmente a ella. Es lo que se conoce como consolidación de la memoria. Si no se duerme lo suficiente, este proceso se ve interferido". Es decir, lo aprendido durante el día no logra ser bien incorporado a la memoria.

Paralelamente, la privación de sueño afectará el nivel de concentración. "Le costará poner atención a lo que está diciendo el profesor. Además, la memoria de trabajo, la memoria que se usa para planificar y conseguir un determinado objetivo, también se verá afectada", dice Burón.

Otros estudios han revelado que la falta de sueño en escolares aumenta la fatiga e irritabilidad y que basta retrasar media hora el ingreso de los alumnos a clases para que éstos reduzcan en 25% y 30% ambas cosas.

Minnich dice que los datos de Timms muestran que el fenómeno es mundial y que afecta el rendimiento de los alumnos. Esto, especialmente a nivel de diferencias de capacidades.

En el caso de Chile, asegura el experto británico, las consecuencias de la instrucción escolar limitadas año a año por esta causa pueden llegar a ser significativas. "No sabemos si los profesores pueden estar modificando sus estrategias o metodologías de enseñanza con el fin de involucrar a estos niños dormidos. Sin embargo, también es posible que éstos se vean en la necesidad de no cubrir partes del plan de estudios, debido a que sus alumnos con sueño no están atentos", dice.