El último informe mundial sobre inmunización dado a conocer ayer por la Organización Mundial de Salud (OMS) y Unicef muestra que Chile mantiene un alto nivel de cobertura en vacunas, incluso por encima del promedio del continente.

Detrás de estas altas cifras está la tradición y la responsabilidad de los padres dice Cecilia González, jefa del Departamento de Inmunización del Ministerio de Salud (Minsal).

"La mayoría de las personas toma las vacunas como un bien que protege a la población. El rechazo es bajo y gracias a eso tenemos excelentes niveles de cobertura", indica González. A eso se suma la historia de las vacunas en el país. "Las primeras se comenzaron a aplicar en los años 50. Cuando la Asamblea de Naciones Unidas propone un plan ampliado de inmunización, Chile ya lo tenía. Nuestros pediatras tenían súper claro los beneficios. Todo eso ya está un poco impregnado en nuestro ADN", insiste.

María Teresa Valenzuela, vicedecana de Investigación y Postgrado de la Facultad de Medicina de la U. de los Andes y miembro del Consejo Asesor de Vacunas y Estrategias de Vacunación, dice que la alta cobertura nacional es reconocida por el resto de los países y ha permitido disminuir enfermedades y sobre todo la mortalidad de varios virus y bacterias, lo que claramente es un éxito. Pero agrega que "no podemos estar contentos mientras no alcancemos el mínimo necesario para evitar que ingreso de un virus como el sarampión". (ver recuadro).

A nivel nacional, las cifras son buenas, dice Valenzuela, pero la situación cambia cuando se analiza por regiones o comunas. "Tenemos regiones en el norte con baja cobertura, igual en el sur.

Es importante saber cuáles son las causas de esta negativa a vacunarse. Según un informe de 2016 de la Seremi de Salud de la Región Metropolitana, de las 52 comunas había 17 que estaban bajo el 75% de cobertura en la vacuna tres vírica que protege contra sarampión, rubéola y paperas. La región de Los Ríos, es otra de las que tenía cobertura de 77% en la vacuna contra la tuberculosis y Atacama apenas llegaba al 77% en la segunda dosis de la vacuna contra el neumococo.

A nivel nacional, las segundas dosis siempre son más bajas. En el caso de la vacuna contra la difeteria, tétanos y tos ferina (DTP), la primera dosis que se administra a los dos meses de edad alcanza una cobertura de 99%, pero la tercera dosis (18 meses) baja al 95 y la cuarta (refuerzo) que se entrega en primero básico no supera el 88%. Esto debe ser materia de preocupación según Valenzuela.

La tarea pendiente, reconoce González, es seguir insistiendo en los beneficios de la inmunización. "No se puede dar la lucha por perdida", dice e insiste en que los grupos antivacunas se quedan con una parte de la información, con un caso que cuenta una mamá en alguna red social, pero no toman en cuenta los datos científicos publicados ni consideran que son millones de vacunas las que sí tienen efectos positivos.

"Le causan un mal a la gente que tiene menos acceso a información", dice la jefa de inmunización del Minsal.

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