En noviembre próximo, el Mineduc lanzará oficialmente los Mapas de Progreso para educación preescolar, que ofrecen una guía de lo que deben saber hacer los niños de cero a seis años.
Con esto, se suma un paso más para establecer los estándares que tanto preescolares como escolares deben cumplir durante su paso por el colegio. Ya existen los mapas de progreso para educación básica, en asignaturas como Lenguaje y Matemáticas. Sin embargo, el trabajo desarrollado para educación parvularia va más allá.
La novedad de estos mapas, que se dividen en 16 anexos, es que por primera vez se incluye el avance que los niños de cero a seis años deben tener por edad en áreas como la convivencia social, el desarrollo de los afectos y la formación valórica.
"Esta es una iniciativa que nos pone a la vanguardia en estos temas, algo que ha sido reconocido, incluso por Unicef, que ha señalado que Chile es un modelo en esta área", señala María Isabel Díaz, coordinadora del equipo de educación parvularia de la Unidad de Currículum del Mineduc.
Díaz relata que la elaboración y validación de estos instrumentos demoró tres años, y participaron en esto expertos nacionales y también las propias educadoras. "Por esta razón, ha sido muy bien recibido en los jardines infantiles", señala. Los modelos que se observaron para obtener ejemplos de cómo se ha trabajado el tema en otras latitudes fueron los de Inglaterra, Estados Unidos y Australia.
LOS MAPAS
Cada uno de los 16 mapas está dividido en cinco etapas, que van indicando lo que se espera por cada edad. La primera es hasta los seis meses, la segunda hasta los 18 meses, la tercera hasta los tres años, la cuarta hasta los cinco años y la quinta, hasta los seis años de edad.
Así se hace mucho más claro ver, por ejemplo, que uno de los indicadores de interacción social a los seis meses es que un niño sepa responder a los estímulos de personas significativas. Para reconocer si esto se cumple, basta con fijarse si el niño agita sus manos anticipando cuando será tomado en brazos.
"El Mineduc está haciendo también estándares iniciales de formación para las educadoras de párvulos. y la formación de las educadoras se dividiría en cero a cuatro años y cuatro a seis años", asegura Selma Simonstein, decana de Educación de la U. Central.
GUÍA PARA PADRES
Pero estos mapas no sólo apuestan a convertirse en la herramienta para que las educadoras planifiquen y evalúen el trabajo que realizan. También esperan transformarse en una guía para los padres, ya que explican cómo reconocer el avance que están teniendo sus hijos y lo que debieran esperar según su edad.
Con el mapa de progreso en mano, un padre puede saber si su hijo está avanzando, por ejemplo, en el ítem de demostración de afectos. El mapa señala que a los seis meses un bebé es capaz de sonreír cuando reconoce a los adultos que son importantes para él. A los 18 meses, abraza para expresar afecto; a los 3 años, puede reconocer emociones como pena y alegría en otros, a los cinco años es capaz de explicar el porqué de sus estados de ánimo y a los seis años, puede consolar a un compañero que se siente mal.
Además de los mapas de afectividad e interacción social, también están los que dan cuenta de las habilidades en matemáticas, en lenguaje, en el área de los seres vivos y su entorno, y en la comprensión del medio social.
LAS SEÑALES
- A los 6 meses, un niño vocaliza y patalea tratando de llamar la atención.
- A los 3 años, deja de realizar una acción cuando un adulto le explica el porqué.
- A los 5 años, sigue reglas sencillas de comportamiento y emplea normas de cortesía en sus interacciones. - A los 6 años es capaz de iniciar conversaciones con personas que no conoce si está en compañía de un adulto familiar y regula la expresión de sus sentimientos.