Cinco fechas de castigo recibió el argentino Matías Manrique, defensa de Ñublense, por agredir verbalmente con dichos racistas al zaguero ecuatoriano de Unión Española Giovanny Espinoza. Eso fue en 2010.

Tres años antes de que el reglamento de campeonatos lo consignara expresamente, en 2007, Arturo Sanhueza, de Colo Colo, recibió seis duelos de suspensión por palabras xenófobas contra el técnico de Universidad Católica, el peruano José Guillermo del Solar.

Son dos de muchos ejemplos de situaciones similares a las vividas en los últimos días en el mundo, como la del brasileño Dani Alves en España, que respondió un insulto racista comiéndose el plátano que le lanzaron desde la tribuna; o el baile haciendo el mono de algunos ultras del Atlético contra el senegalés Pape Diop; o el caso de Donald Sterling, a quien lo apartaron de la propiedad de un equipo de la NBA por referirse de manera inadecuada a la gente de raza negra.

Casos en el extranjero, pero los primeros ocurrieron en Chile, donde por instrucción de la FIFA, desde 2009 debe establecerse de manera explícita el castigo a actitudes racistas.

Un reglamento claro

El reglamento de la ANFP establece una suspensión de cinco a 10 juegos por "humillar, discriminar o ultrajar a otras personas de forma que suponga un atentado a la dignidad humana, por razón de raza, color, idioma, religión, u origen étnico, o adoptar de alguna otra manera una conducta racista y/o que denigre al ser humano".

Pero no se refiere sólo a los jugadores. Si los hinchas despliegan pancartas con leyendas o inscripciones de contenidos similares, el club será multado con 100 a 500 Unidades de Fomento y la obligación de jugar a puertas cerradas. La norma también indica que en caso de que algún jugador, dirigente o espectador tenga un comportamiento que sea de alguna forma racista se descontarán tres puntos al equipo. Si hay reincidencia, la pena puede llegar al descenso a una categoría inferior.

El presidente de la ANFP, Sergio Jadue, comenta que "en este sentido estamos muy en sintonía con la preocupación que existe a nivel mundial y en la FIFA. El racismo es un tema muy delicado y no queremos que penetre en nuestro fútbol".

En el caso de que ocurriera en Chile un caso como el plátano lanzado a la cancha, las sanciones al club son claras, pero también hacia la persona, quien "será sancionada con prohibición de acceso al estadio por, a lo menos, dos años", según el reglamento.

"Es muy difícil controlar que personas desadaptadas cometan esos actos, pero nosotros nos hemos preocupado. Los clubes están al tanto de que vamos a respetar la normativa y que no vamos a tolerar ninguna situación de este tipo. Vamos a sancionar duramente cualquier tipo de actitud racista en las canchas nacionales", agrega Jadue.

Por su parte, la Ley de Violencia en los Estadios no habla directamente de conductas racistas, pero sí establece normas que podrían aplicarse a una situación similar a la vivida por Dani Alves.

La normativa impone "una multa de una a 15 unidades tributarias mensuales y la prohibición de asistir a cualquier espectáculo de fútbol profesional, de seis meses a un año, a quien arroje objetos contundentes".

En otro artículo la ley impone las mismas penas a quien "realice conductas que produjeren la interrupción del espectáculo".

El Tribunal pide prudencia

Angel Botto, presidente de la Primera Sala del Tribunal de Disciplina, defiende la dura normativa que castiga el racismo por sobre otras faltas, pues "el bien jurídico protegido es de mayor envergadura. Si el fútbol, que involucra los valores más importantes del ser humano como la solidaridad, el juego limpio y la fraternidad, no es capaz de detener actitudes de esta naturaleza, todo se puede desvirtuar".

El abogado explica que la FIFA exige que la normativa esté en el reglamento, pero cada país define libremente la sanción, así como los medios de prueba, que en Chile van más allá del simple informe del árbitro. Las imágenes emitidas por televisión o el actuar por oficio también puede ser usado.

Eso sí, Botto critica a quienes piden rápidas sanciones: "En cualquier país democrático entre los derechos fundamentales está el derecho a la defensa. En casos como el del dueño de Clippers hubo una rápida resolución, pero aún faltan las instancias de apelación, No fue cosa de 24 horas, como se cree".