La arquitectura chilena, con gran experiencia en la construcción en lugares de alta actividad sísmica y especial preocupación por la ecología y los bajos costos, aterriza con fuerza en China, con una campaña de promoción que busca atraer clientes en el país con mayor potencial del mundo en el sector.

Uno de los primeros pasos se dio hoy con unas conferencias en la Embajada de Chile en Pekín, a las que fueron invitados medios especializados en arquitectura del país asiático y en la que se presentaron las ventajas que el diseño de edificios chilenos puede tener en el gigante oriental.

El arquitecto chileno Fernando Marín, director del proyecto de promoción en China, presentó las posibilidades de cooperación entre ambos países en el sector, subrayando la gran experiencia de Chile en edificar en toda clase de climas (ya que el alargado país tiene 23 de lo 24 existentes en el mundo) y en zonas sísmicas.

"La geografía de Chile nos ha enseñado a ser buenos arquitectos", destacó Marín, subrayando también la experiencia de los diseñadores chilenos en el extranjero, con proyectos en Argentina, Perú, México, España, Estados Unidos o los Emiratos Arabes.

El arquitecto destacó que para muchos edificadores chilenos "es un sueño estar en el país con mayor desarrollo arquitectónico", en referencia a China, aunque admitió que en este sentido Chile parte de cero, por el relativo desconocimiento que de la nación suramericana y su arquitectura se tiene en el gigante asiático.

Marín indicó que los arquitectos chilenos tienen especial esperanza en entrar en el sector de la residencia privada chino, por su experiencia en construcción de viviendas sociales, "especialmente en las ciudades de tamaño pequeño a las que todavía no han llegado las grandes corporaciones".

Ello sin renunciar a grandes proyectos, teniendo en cuenta que Chile también tiene artistas de renombre internacional, como Borja Huidobro o Marcial Echenique. O que Chile ha desarrollado proyectos muy mediáticos, como la piscina más grande del mundo (en el complejo hotelero San Alfonso del Mar) o el rascacielos más alto de Latinoamérica (que se construye en Santiago de Chile y medirá 300 metros).

Chile destinará a la promoción de su arquitectura en China un millón de dólares, con aporte de un 62% por el gobierno, mientras que el resto corre a cargo de la Asociación de Oficinas de Arquitectura (AOA) chilenas, que agrupa a 900 arquitectos del país y concentra un 75% de la creación nacional.

Además de conferencias y actos para la prensa especializada en China se promocionará la arquitectura chilena a través de la televisión, internet, y con la apertura de una oficina permanente de representación en Pekín, que funciona ya desde febrero bajo la batuta del arquitecto chileno Pablo Molina.

El primer fruto de esta creciente presencia y de la oficina pequinesa es un proyecto de construcción conjunto elaborado por AOA y la universidad pequinesa de Tsinghua, que han presentado en el concurso para la edificación del Parque de La Hoya, en Almería (España).

"Tenemos muchas esperanzas (en ser seleccionados), por nuestra experiencia en el desarrollo de la arquitectura de paisaje", subrayó Marín sobre el proyecto.En el acto de promoción también participó el embajador de Chile en China, Fernando Reyes Matta, quien subrayó que la arquitectura chilena es "interesante, distinta, novedosa" y destaca porque "en ella mar y montaña están siempre cerca del muro".

También subrayó que la lejanía geográfica (ambos países son antípodas) y la consiguiente diferencia horaria pueden no obstante generar una ventaja, la de que un estudio chileno podría trabajar en un proyecto chino las 24 horas del día combinando oficinas en ambos países.