Algunas están tan incorporadas a los ecosistemas locales, que parecen haber estado en el país desde siempre, pero especies como el conejo y la zarzamora son exóticas, invasoras y tienen gran impacto en la biodiversidad, al intervenir hábitats de especies nativas, pero también causan grandes pérdidas económicas (ver infografía).
Un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile -para el proyecto GEF Especies Invasoras, del PNUD y el Ministerio de Medio Ambiente- señala que al año se pierden al menos 59 mil millones de pesos (US$ 86,5 millones) por la presencia de siete de las más de 1.119 especies exóticas invasoras detectadas en el país. Se trata del visón (Neovison vison), castor (Castor canadensis), jabalí (Sus scrofa), espinillo (Ulex europaeus), zarzamora (Rubus spp.), avispa chaqueta amarilla (Vespula germanica) y conejo (Oryctolagus cuniculus). De no hacer nada para controlarlas, en 20 años Chile habrá perdido, en el escenario más favorable, más de 1.991 millones de dólares.
"Son especies que se entiende que son introducidas, que no son dignas de protección, por lo que no actuar contra ellas significa la amenaza de especies que son endémicas y que están muchas veces en peligro de extinción", indica el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena.
Claudia Cerda, investigadora de la U. de Chile a cargo del estudio, señala que la estimación de la pérdida representa un piso mínimo, por lo que no puede usarse como un valor económico absoluto, pues se requieren otras evaluaciones, tanto biológicas, como sociales, para crear políticas públicas. "Muchas veces la valoración económica no logra capturar bien todos los impactos a la biodiversidad, que son tremendamente intangibles", dice. "Necesitamos mirar el problema de una forma integrada, decidiendo a través de valores biológicos, económicos y también culturales. No podemos seguir tomando decisiones basándonos puramente en lógica económica, porque la biodiversidad es muy difícil valorarla, y sabemos que tenemos pérdida", enfatiza.
Erradicar es la forma de atacar el problema, sin embargo, hay especies que están tan incorporadas que se vuelve complejo. "A la sociedad, más que imponerle, tienes que dialogar con ella, porque nos hemos dado cuenta de que estamos con este discurso de nativo/invasor, bueno/malo, pero la sociedad a veces no distingue, no valora a las especies por ese discurso", indica.
Veintiséis de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo están en Chile (como la avista chaqueta amarilla, el espinillo o la cabra), lo que tiene impacto principalmente en ecosistemas únicos, como el de Juan Fernández, donde gran parte de las especies son endémicas. Allí, el proyecto GEF Especies Invasoras se coordinó con instituciones, ONG y la comunidad para remover 12 de las 24 especies que estaban afectando al archipiélago.