"Probar una alternativa y verificar si funciona". En las ciencias aplicadas, esta es una definición básica de lo que se llama Ensayo y Error. Aunque el fútbol (por suerte) no tiene nada de científico, hay técnicos que buscan acercarse lo más posible a ese valor. Y Jorge Sampaoli es uno de esos.
Como científico del fútbol, entonces, sabe que el partido de esta noche ante Egipto (20.30) no es un amistoso más. Es una prueba en serio, en la que comienza a ver en la cancha, en 90 minutos, si lo trabajado desde el 2 de mayo en Juan Pinto Durán se asimiló bien entre sus jugadores. Obviamente, espera que sea así, porque ya no hay mucho tiempo para mejorar, a menos de dos semanas del debut en el Mundial.
Sampaoli, entonces, tendrá su propio experimento de ensayo y error. Nombres más, nombres menos, el principio básico del seleccionador ya fue expuesto con claridad: "La idea es que juegue quien juegue sea un Chile que transfiera lo que entrenó pensando en el Mundial", sentenció el argentino ayer.
Hay diferencias, obviamente. En lugar de una cancha aislada y conos, el laboratorio será el Estadio Nacional con cerca de 35 mil personas (es el número de boletos que se esperaba vender) y 11 rivales que, pese a no estar en el Mundial, sí conforman una escuadra de buen nivel. Si bien no hizo el juego de compararla con Australia, Holanda o España -adversarios de Chile en el Grupo B-, Sampaoli sí reconoció el potencial del conjunto africano.
En la Selección se vive una mezcla de esperanza y resignación. Ambos sentimientos van de la mano con Arturo Vidal, quien recién la próxima semana realizará trabajos en campo, pero no necesariamente con el balón. Hay ilusión porque sí llegará a la Copa del Mundo, pero también hay consciencia de que difícilmente estará en el debut ante Australia.
Con esta variable, el entrenador debe probar a un Chile sin Vidal. Es más fácil decirlo que realizarlo. Ver cómo funciona Felipe Gutiérrez en ese papel y si confirma en el terreno su excelente campaña con el FC Twente de Holanda.
Será una prueba también para Charles Aránguiz, quien deberá darle calma a la Roja como la bujía del mediocampo, aunque en una función mucho más adelantada de la que acostumbra desarrollar con Sampaoli. Hoy será ese nueve falso que tanto le gusta el DT.
¿Y en ataque? Lo obvio: mejorar la falta de finiquito que mostró en el último amistoso ante Alemania y en el duelo a puertas cerradas con la selección Sub 21 que dio botes en Toulon. En ambos encuentros, cayó por la cuenta mínima.
"Vamos a tener que usar muchos minutos para muchos jugadores", adelantó el seleccionador ayer, hablando también del próximo compromiso ante Irlanda del Norte, este miércoles. El técnico sabe que sólo tiene dos oportunidades de explorar en un escenario real al equipo que representará a Chile en Brasil. Ahí donde el ensayo y error esta prohibido y sólo vale el éxito.