Desde 1985 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está señalando que los partos que se realicen vía cesárea no deben superar el 15% del total de nacimientos de un país; lo ideal, dice el organismo es entre 10 y 15%.
Esta intervención quirúrgica es muy frecuente en países de altos y medianos ingresos reconoce la OMS, donde la sobremedicalización del parto ha llevado a que médicos y mujeres prefieran esta opción pese a que la cesárea está indicada solo en situaciones bien acotadas.
Chile tiene cifras muy altas. Si se consideran los nacimientos que ocurren en el sector público y privado, la mitad de los niños chilenos llega al mundo vía cesárea. De acuerdo a un informe sobre gastos en la salud, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) de enero de este año, Chile, con 47,1 cesáreas por cada 100 nacimientos, es ahora el segundo país con más cesáreas detrás de Turquía (51,1 cesáreas por cada 100 nacimientos). En 2015, el país ocupaba el tercer lugar tras México. Países como Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia se mantienen en los últimos lugares del ránking con tasas que no superan los 16 nacimientos por esta vía, muy cerca de la recomendación de la OMS.
Preocupados por el alza, el Ministerio de Salud (Minsal) está elaborando una "Norma para el monitoreo y vigilancia de la indicación de Cesárea", documento que se basa en la Guía Perinatal 2015 y en el que se especifica indicaciones e indicadores para realizar este procedimiento tanto en establecimientos públicos como privados y que se publicará en el segundo semestre de este año.
Carolina Asela, jefa del Departamento de Ciclo Vital del Minsal explica que la norma se trabajó con un grupo de experto y servirá como orientación para el procedimiento de la indicación de cesáreas. "Se especifican causales y necesidad para que predomine el parto vaginal. La tasa de cesáreas es muy variable, diferente entre hospitales públicos y clínicas privadas, incluso las regiones tienen cifras distintas. Hay centros que pueden tener un 30% de cesáreas, mientras otros tienen 80% y más", indica.
A partir de la publicación de la norma, que está lista y a la espera de resolución jurídica del propio Minsal, hospitales y clínicas deberán tener una pauta de evaluación y un médico que analice las cesáreas que se realicen, las complicaciones que ocurran y reportar semestralmente estos casos al Minsal. "No es ley, pero se entiende que como norma de regulación se debe cumplir", dice Asela. La Seremi de Salud será la encargada de supervisar que se cumpla.
Para las pacientes, garantiza una mayor comunicación e información respecto del parto, información que se debe entregar durante los controles de embarazo.
En ellos se debe explicar claramente que la cesárea es excepcional y que la mejor opción para dar a luz es el parto vaginal, con beneficios tanto para el bebé como para la madre.
Historia
El alto porcentaje de cesáreas en Chile es histórico. En 1985, el país ya tenía 25% de cesáreas.
Enrique Oyarzún, gineco obstetra de Clínica U. de Los Andes dice que hay varias razones que explican esta cifra. "Desde el punto de vista histórico el desarrollo de las isapres y las clínicas privadas se ha asociado a un mayor número de cesáreas. También se ha visto que el temor de las mujeres, la sensación que la cesárea electiva supone un parto más controlado, incrementa la cifra", agrega.
La cesárea electiva permite que los médicos que atienden en distintos centros puedan planificar y estar presente en más partos; para los padres representa la posibilidad que abuelos y familia puedan estar cerca de ellos en ese momento.
La preparación de los futuros obstetra también influye. "Existe un alto número de cesárea y menos nacimientos, entonces, los médicos en formación tienen menos posibilidades de hacer una práctica que les permita resolver partos vaginales", dice Oyarzún.
¿Cuándo es necesaria? La cesárea se justifica cuando el parto vaginal implica riesgo para la madre o el niño: parto muy prolongado, sufrimiento fetal, presentación podálica del feto o un peso de más de 4,5 kilos, antecedentes de placenta previa, embarazo múltiple, mujer con más de dos cesáreas o riesgo de transmisión de infección materna, entre otras.
Michelle Sandler es antropóloga médica y profesora de la U. Adolfo Ibáñez y ha publicado varios estudios sobre violencia obstétrica, concepto en el que se clasifica a la cesárea cuando no está bien indicada. En su última investigación entrevistó a casi 400 mujeres de la Región Metropolitana: el 38% de sus primeros partos fue cesárea programada y el 63% de estas intervenciones ocurrió durante el término temprano de la gestación. Según ella, muchas de las cesáreas que se realizan son innecesarias, "los médicos apelan a una desproporción encéfalo pélvica o una pelvis muy estrecha, pero esta razón no debiera existir", indica.
En Chile, dice, las cesáreas las definen los médicos y el sistema de salud. "La mayoría de los partos no se complica. Hay un imaginario colectivo de temor al parto, que es riesgoso, discurso médico que permea a la mujer".
Proyecto de ley
El 8 de marzo debió ingresar al Congreso un proyecto de ley elaborado por la Coordinadora por los Derechos del Nacimiento, grupo de 10 organizaciones civiles que por siete meses elaboraron este texto.
Gonzalo Leiva, matrón y director del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) participó de él, y dice que sería presentado por los senadores Ricardo Lagos Weber y Carolina Goic, pero a última hora se bajó. "Las cesáreas no son un problema de las mujeres sino de cómo las instituciones organizan su trabajo. Hoy sabemos que tener un parto en el sector privado, es factor de riesgo de cesárea. Los médicos tienen una formación quirúrgico céntrica", dice Leiva.