La última edición de la revista The Lancet confirmó que Chile tiene las más altas tasas de mortalidad por cáncer de vesícula a nivel mundial y cáncer de estómago en América, cifras que, según expertos, se explican por una combinación de factores genéticos, ambientales y otros en estudio.
Esta semana, además, se conocieron los resultados del último estudio Global de Carga de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD, siglas en inglés) de la U. de Washington, que recoge el trabajo de 1.800 colaboradores de 130 países. Según este informe, Chile tiene la más alta tasa de mortalidad en América por cáncer de estómago, con 25,4 fallecimientos por cada 100 mil habitantes. Si se considera sólo a los países de la Ocde, Chile se ubica tercero tras Japón (45,67) y Corea del Sur (25,87).
Las cifras de fallecimientos por cáncer de vesícula son aun peores. Si bien es una enfermedad poco frecuente, el país está en el tope del ranking mundial, con una tasa de 14,73 por cada 100 mil habitantes, sólo superado por Japón (16,2). En América, Chile encabeza.
Razones
Juan Carlos Roa, experto del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (Accdis) y especialista en cáncer de vesícula, explica que en el país esta enfermedad tiene mayor incidencia en la zona centro sur, especialmente en la Región de los Ríos. En 2014, 1.707 personas murieron por esta causa.
Razones hay varias y la genética sería una: personas que tienen ascendencia mapuche y, además, cálculos de vesícula tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer. "Hay un cierto grado de asociación genética entre la población asiática y la que pobló la zona central, aunque no existe un estudio comparativo de las variantes genéticas de ambos países, probablemente pueden estar relacionados", dice.
"En Chile esta enfermedad es de difícil diagnóstico, porque los síntomas son los mismos de los cálculos en la vesícula. Dos tercios de los pacientes llegan al diagnóstico cuando ya están en etapas avanzadas y en esos casos hay poco tratamiento curativo", señala Roa.
Esta es una de las razones por las que a las personas de entre 35 y 49 años que presentan cálculos se les extrae el órgano. La infección previa, con la bacteria salmonella que causa tifus, también se suma al desarrollo de la enfermedad.
Flavio Salazar, director alterno Instituto Inmunología e Inmunoterapia (Imii), menciona también la obesidad como factor. En un estudio, su equipo identificó en muestras de tumores de pacientes chilenos células específicas del sistema inmune, por lo que están desarrollando inmunoterapia para dar una alternativa de tratamiento.
Estómago
Pese a que en los últimos 15 años el cáncer de estómago ha reducido su mortalidad en el país (en 2000 representó el 3,8% del total de muertes por cáncer, en 2014 llegó al 3,2%), si se analiza por tasa, Chile tiene una alta mortalidad.
Alejandro Corvalán, investigador principal de Accdis, desde hace tiempo que estudia la patología: "Con el tiempo ha cambiado el tipo de tumor gástrico. Antes predominaba el de tipo intestinal, ahora es difuso y tiene mucho peor pronóstico. Es este cáncer el que ha ido aumentando".
Se trata de una enfermedad heterogénea, diversa, compleja y con una variabilidad geográfica muy fuerte, por lo que es difícil mencionar un factor preponderante.
"Se concentra en las regiones del Maule y Los Ríos. Hay un componente rural, por menor acceso a salud. También está la presencia de la bacteria H. pylori, pero no todas las personas que tienen la bacteria desarrollan cáncer", explica.
Una teoría que intenta explicar la mayor incidencia y mortalidad es el suelo volcánico, característica que también tiene Japón. "Son suelos pobres en selenio, factor que regula los procesos inflamatorios. Si a eso se suma el alto consumo de grasas y la bacteria, se puede explicar en parte la alta mortalidad", dice Corvalán.b