Con 15 años de residencia en España, la chilena Loreto Mena Marillanca (71), ingresó el miércoles al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, tras sobrevivir en el trágico accidente ferroviario que dejó 78 víctimas fatales. Sin embargo, después de tres días del accidente, la Cancillería chilena fue alertada de su existencia.
Según el cónsul honorario de Chile en Galicia, Wilson Zambrano, "ella tuvo siete rotura de costillas, está ingiriendo alimentos con cierta dificultad. Está respirando sin asistencia mecánica y con la esperanza de tener la total recuperación".
Al momento del accidente, la chilena regresaba a Galicia tras tramitar en el Consulado de Chile en Madrid la renovación de su pasaporte. En este mismo hospital donde es atendida fue operada en 2005 de una cirugía al corazón.
Como asistente de hogar, ha dedicado la mayor parte de su estadía en ese país al cuidado de quienes no se pueden valer por sí mismos, como ancianos y enfermos. Trabaja en La Coruña como interna en un hogar de lunes a viernes, pero su residencia está en Orense, específicamente en una aldea llamada Pilonio. "Ella no deja de mostrar cierto nerviosismo, pero le da tranquilidad el hecho de que ella estuvo ahí en el 2005. El médico y algunas enfermeras que estuvieron en esa operación, cuando se enteraron de que estaba ingresada, la fueron a ver y le dieron ánimo. Ella tiene esa tranquilidad", detalló el cónsul Zambrano.
Sandra Santander, hija de Loreto, no ha podido hablar con ella y señaló: "Estamos asustados por el accidente, pero no teníamos noticias de ella hasta que el viernes unas personas amigas de mi mamá, en España, contactaron a mi hija por Facebook y le dijeron que ella se encontraba accidentada en el hospital".
El cónsul indicó que está cubierta "la asistencia sanitaria de todas las personas ingresadas producto del accidente (...) No va a tener ningún costo para ella en ese sentido". Zambrano señaló que pese a que Mena se identificó como chilena en los registros de ingreso al hospital, "hubo una confusión en la toma de datos (...). Ellos tomaron los nombres, pero sin especificar el origen de las personas".