Los especialistas dicen que es la etapa más compleja de las mujeres. No sólo por el conflictivo tránsito de la adolescencia a la juventud, sino por la búsqueda a tientas de la identidad personal. Ellas, sin embargo, piensan lo contrario. Una amplia vida social, horas de ocio, autonomía y la falta de grandes responsabilidades y decepciones hacen que las chilenas digan que la etapa de su vida en que son o fueron más felices es entre 15 y 26 años. Una satisfacción que decae a medida que avanza la edad y que sólo repunta después de los 65 años.
Así lo afirma el estudio "Mujeres, diferencias y semejanzas", realizado por la consultora Visión Humana en 817 mujeres de 15 a 74 años de todo el país, que revela, además, que la etapa de mayor crisis para las mujeres se vive entre los 40 y 53 años y que sólo en la tercera edad recuperan el equilibrio y el bienestar de antaño. "Las chilenas viven un período de mucha presión entre los 27 a 53 años. Pierden autonomía y sufren mucho estrés por su multifuncionalidad en el trabajo y hogar. El peak de ese bajo bienestar se da entre los 40 y 53 años. En cambio, las menores de 27 están en la etapa del disfrute, de la vida social y las expectativas. Derrochan autonomía que las otras generaciones pierden y no tienen más referentes que ellas mismas", explica a La Tercera, Patricio Polizzi, gerente general de Visión Humana y autor del estudio.
A diferencia de los otros grupos etarios, las más jóvenes encarnan sin complejos a la nueva mujer chilena, más progresista y sin el peso de cumplir los roles tradicionales. La mujer sobre 40 años, en cambio, vive con la paradoja constante de tener que cumplir en todos los ámbitos. "La mujer es más integral y no sabe sacarse esa mochila", explica Juan Pablo Westphal, sicólogo de la Clínica Santa María. Y ejemplifica: si un hombre tiene un problema en el trabajo lo deja stand by. Si se junta con sus amigos a tomar una cerveza y es capaz de pasarlo bien. Puede ir al fútbol y desahogarse. La mujer no: va a ir al trabajo bajoneada y va pasar todo el día así.
OTRO CORTE
El estudio, revela, además, cómo antes de los 40 años las chilenas muestran una gran diversificación en sus gustos y valores que las diferencian de las generaciones más adultas. "No son tan estructuradas y tienen una carga valórica distinta. Ellas encarnan a la mujer chilena actual". El sondeo da cuenta de ello: menos de un 45% de las mujeres entre 15 y 39 años cree que las mujeres deben ser las principales responsables de los hijos. Otro dato: sólo sobre los 50 años, la mayoría de las mujeres piensa que el hombre debe ser el principal sustento de la casa.
LA VUELTA ARRIBA
Revertir la forma de "u" de la felicidad femenina tiene una receta según Wetsphal: priorizar las cosas que quiere. La mujer se frustra cuando echa un vistazo atrás y se da cuenta que no siguió el camino trazado. Un fenómeno que, según la encuesta, se da entre los 53 y 64 años. "A esa edad la mujer se da cuenta que ha medido hasta ese entonces su felicidad en base a la de otros", dice Polizzi. Por eso, en la vejez, regresan a sentirse casi tan felices como en su juventud, porque comienzan a pensar en ellas y buscar su propio bienestar y tranquilidad. Al igual que las más jóvenes.
Baja confianza y autocuidado
El estudio de Visión Humana revela la baja confianza que tienen las chilenas en los demás. Un dato que, según el autor del estudio, Patricio Polizzi, si bien es el reflejo de una característica cultural de los chilenos es más acentuada en las mujeres. "Tienen muy baja tolerancia a todo aquello sobre lo que no se tiene información".
Otra característica que cruza todas las edades es el bajo autocuidado sanitario. Consumen mucha azúcar y sal, no se hacen chequeos médicos y no hacen ejercicios. "No tienen una cultura preventiva. Por eso se preocupan sólo a partir de los 53 años, cuando comienzan a tener los primeros achaques".