Agentes de la Guardia Civil española desarticularon, en el marco de la operación "Bedú", una organización que utilizaba coches de bebés para, presuntamente, ocultar hachís, habiendo detenido a 21 personas e imputado a otras 13 en Málaga, Cádiz y Ceuta.
Según la policía española, la banda era integrada por sujetos de diferentes nacionalidades, entre ellos un chileno, y era "una de las más activas dedicadas al tráfico de drogas y de vehículos robados en la Costa del Sol", según indicaron desde el Ministerio del Interior en un comunicado, consignado por Europa Press.
En el desarrollo de la operación los agentes incautaron de 300 gramos de cocaína, más de mil 600 kilogramos de hachís, numerosos teléfonos móviles, ordenadores portátiles y otros efectos electrónicos, 11 vehículos y 56 mil 500 euros en efectivo.
Las pesquisas se iniciaron en febrero de 2008, a partir del análisis de la información obtenida en investigaciones llevadas a cabo con anterioridad, en las que se obtuvieron datos que apuntaban a la existencia de un grupo organizado dedicado al tráfico de hachís.
Dichas investigaciones, que han sido llevadas a cabo por el Equipo Contra el Crimen Organizado de la Benemérita con sede en Málaga, contando con el apoyo de las Unidades Territoriales de la Guardia Civil de las zonas de actuación, han sido dirigidas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Torrevieja (Alicante).
Desde el Ministerio manifestaron que la organización estaba compuesta por tres células "perfectamente estructuradas y organizadas", que actuaban de forma independiente, con el fin de dificultar la labor de los investigadores.
Uno de estos grupos utilizaba bebés recién nacidos o de pocos meses para esconder la droga bajo el colchón de los cochecitos de los niños, que pasaban dormidos por las aduanas, y evitar así ser detectados, según precisaron desde el Ministerio.
Una vez introducida la droga en España, los individuos acondicionaban dobles fondos en vehículos sustraídos para trasladar posteriormente la droga hasta Francia.