Arturo Valenzuela, propuesto por el gobierno de EEUU para dirigir la política para América Latina, apoyó hoy la mediación del Presidente costarricense, Oscar Arias, en el conflicto hondureño, y abogó por que se resuelva no solo la situación actual, sino también los problemas de fondo del país.
De ser confirmado por la Cámara Alta, Valenzuela se convertiría en el nuevo secretario de Estado adjunto para América Latina, en sustitución de Thomas Shannon, quien ha sido propuesto por el Presidente Barack Obama para el cargo de embajador en Brasil.
Desde su puesto, Valenzuela será el encargado de hacer realidad la nueva política estadounidense hacia la región, basada en la idea de buscar una mayor cooperación entre partes iguales y menos confrontación, como anunció Obama en la reciente Cumbre de las Américas.
En su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el chileno destacó que, a su juicio, "está claro que ha habido una interrupción del orden constitucional" en Honduras.
El golpe de Estado "no es legal" y "no es aceptable", aseguró en línea con lo expresado por el Gobierno de Estados Unidos en la última semana.
Valenzuela calificó la situación en Honduras de "grave", por lo que expresó su esperanza de que Arias y la Organización de Estados Americanos (OEA) no solo se centren en resolver los "acontecimientos específicos" del golpe que sacó del poder el 28 de junio a Manuel Zelaya, sino también en "los problemas de fondo" de ese país para fortalecer la democracia.
Además, valoró que el Mandatario costarricense comience el jueves a mediar entre el presidente depuesto y el líder del nuevo gobierno, Roberto Micheletti, y confió en que "los sectores de ambas partes" se den cuenta de que se ha generado un problema en la democracia hondureña.
El catedrático indicó que EEUU y la comunidad internacional han dado una "fuerte señal" de que el golpe de Estado "es inaceptable", y recalcó que durante "demasiado tiempo" la interrupción del orden constitucional ha sido utilizada como herramienta para resolver problemas en un país de manera no democrática.