Cuando se acerca el verano, los chilenos se vuelcan a los gimnasios para lucir cuerpos tonificados durante esos meses de calor y playa. A ellos, se suma un grupo que opta por "retocarse" meses antes: en la temporada otoño-invierno. Son quienes toman la decisión de entrar a un pabellón para eliminar los kilos que están de más, o para corregir alguna herencia familiar que no es del agrado del paciente.

La obsesión por verse bien ha redundado en que este tipo de intervenciones registren un explosivo aumento en los últimos años.

El presidente de la Sociedad Chilena de cirugía plástica reconstructiva y estética, Patricio Léniz, dijo a latercera.com que este tipo de intervenciones quirúrgicas "tiene una demanda muy alta. Ahora podría verse un poco más de demanda, la que suele coincidir con las vacaciones de invierno o en los meses fríos del año".

De acuerdo a Léniz, la industria ha crecido en orden a un 5% y 10%. Si bien explica que no hay cifras fidedignas, advierte que el dato responde al aumento de centros que se dedican a la materia.
 
Roberto Nova, gerente comercial del Instituto Cirugía Plástica, señaló que "llegamos a atender hasta 45 pacientes en un mes, que se pueden traducir en 60, 70 u 80 cirugías plásticas. Muchas son combinadas, explica, ya que "un paciente puede hacerse entre dos o tres operaciones".

El Hospital Clínico de la U. de Chile creó el proyecto Cipres (Cirugía plástica y reconstructiva) que consiste en promocionar la cirugía reconstructiva (labio leporino, por ejemplo) y procedimientos estéticos, como la cirugía facial (liftying, rinolastía, cirugía de párpados), mamaria (aumento o levantamiento de mamas) y de contorno corporal (abdominoplastía). Por una de éstas se puede pagar hasta $2 millones.

"El proyecto Cipres consiste en bajar los precios y dar facilidades de pago a la gente, porque una consulta en el hospital clínico no es lo mismo que una consulta en una clínica del sector oriente", dijo.

"Las consultas han estado en franca alza en los últimos dos meses, y nosotros esperamos que siga así", dijo el cirujano plástico Patricio Andrades, uno de los médicos del programa. Atribuye el fenómeno a un "cambio social de enfocar la cirugía estética, antes era un tema tabú".

En la Clínica de la Universidad Católica también se realizan este tipo de intervenciones. Y también desarrollaron un plan -cuyas inscripciones ya se cerraron- que busca acercar la cirugía plástica al público común, con consultas por $7 mil y descuentos de 30% por honorarios médicos y pabellón. ¿Balance del programa? Se explicó que por el momento no se entregarían.

Este auspicioso panorama se vio impactado por el terremoto de febrero pasado, que frenó las consultas y obligó a cancelar horas, pues los pebellones, en algunas clínicas, y personal se redestinaron dada las necesidades del momento. Panorama que comienza a cambiar con la llegada de los meses fríos.