La expedición, a bordo del barco Latitude, busca documentar la presencia de petróleo tanto en la columna de agua como en el sector costero, para así analizar el impacto que ha ocasionado el desastre en especies como los corales de aguas someras y de profundidad, situados al oeste de Florida y en zonas colindantes con aguas cubanas.

Durante los dos meses que permanecerán en la zona, científicos y buzos de las oficinas de Europa, Estados Unidos y Chile, algunos de ellos con experiencia en los vertidos petrolíferos más graves de las últimas décadas, realizarán marcaje de tiburones y tortugas marinas con el fin de hacer seguimiento a sus rutas migratorias y determinar si son capaces de evitar las aguas contaminadas.

"La expedición pretende medir el impacto a largo plazo del vertido y detectar la contaminación que está pasando desapercibida", señaló Matthias Gorny, director de Ciencias de Oceana en Chile, quien además es el único experto en el país capacitado para el manejo de vehículos ROV.