El tipo 1 del virus herpes simple está presente en el 70% de las personas del mundo. El tipo 2, en el 20% de la población. Así de frecuente es este virus que se aprovecha de una baja en las defensas del cuerpo para mostrar su presencia. Así, cuando la inmunidad disminuye, puede producir ceguera, encefalitis o lesiones en la piel.
Pablo González, profesor asistente de la U. Católica e Investigador Joven del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (Imii) junto a un grupo de científicos estadounidenses lograron crear una vacuna que previene los efectos nocivos este virus.
La vacuna está siendo elaborada y probada en modelos animales y según explica González "los resultados son asombrosos", tanto que los ratones en los que se ha utilizado no desarrollan ninguna consecuencia, incluso aquellos que no tienen sistema inmune. "La vacuna ha demostrado ser segura y capaz de producir una respuesta protectora que evita el contagio con el virus", señala este investigador.
En el mundo son varias las farmacéuticas que han intentado conseguir una vacuna efectiva e incluso han llegado hasta la fase tres de la investigación (estudio en humanos) pero finalmente han debido frenar el trabajo.
Según explica González, la mayoría de las investigaciones previas se han centrado en una proteína llamada gD (glicoproteína D), pero en el trabajo que realizaron decidieron quitar esa proteína y dejar todas las demás. "Sin ella, el virus queda como un virus atenuado y mutante, incapaz de establecer latencia, ya que no se puede esconder", señala.
Además, funciona como un virus suicida porque ingresa al organismo y queda atrapado en algunas células sin poder salir a infectar otras. De esta forma, el sistema inmune lo reconoce y ya no puede producir enfermedad.
Lo que sigue ahora son ensayos para saber cuánto dura la protección al virus y cuál es la dosis óptima, pero ya hay conversaciones con algunos interesados para continuar su desarrollo y convertirse en una alternativa para la salud humana.
A la fecha, no existe ninguna vacuna contra el virus herpes simple y las pocas alternativas de tratamiento (antivirales) son poco efectivas porque no eliminan el virus del cuerpo, sólo acortan la duración del malestar.
Por esta razón, el investigador afirma que es fundamental que los servicios de salud puedan contar con vacunas preventivas, que eviten desde un comienzo las manifestaciones clínicas producidas por estos virus.