Tras más de dos años en distintas cárceles de España, los anarquistas chilenos Francisco Javier Solar y Mónica Caballero, acusados de haber cometido un atentado explosivo en la Basílica del Pilar de Zaragoza y planear otro acto similar en la de Montserrat de Barcelona, contrajeron matrimonio e iniciaron estudios desde prisión.
Así se reveló en el primer día del juicio en su contra en la Audiencia Nacional de España, donde la fiscal Teresa Sandoval solicitó una pena de 44 años de cárcel para ambos por varios delitos, entre ellos la pertenencia a una organización terrorista.
Los acusados, que sólo respondieron preguntas de sus abogados Amalia Alejandre y José Luis Galán, se mostraron tranquilos durante el proceso y dijeron ser inocentes de todos los cargos. Incluso negaron haber visitado Zaragoza.
Entre el público presente, a tres metros de los acusados, había varios cercanos a la pareja, quienes fueron instados a callarse por la presidenta del tribunal, Angela Murillo, cuando se mencionaron algunas páginas web como pruebas de las actividades terroristas de los imputados.
Solar, el primero en realizar su exposición, dijo que estaba por iniciar un doctorado cuando fue detenido y reconoció que había participado en actividades de promoción anarquista. Sin embargo, cuando quiso detallar porqué era anarquista fue interrumpido por Murillo. “Eso no nos interesa”, señaló la magistrado.
En el caso de Caballero, la abogada Alejandre le consultó por su estado civil, donde aseguró que “nos casamos en junio del año pasado”. La joven, que tenía 25 años al ser detenida en Barcelona, contó que no pudo terminar sus estudios de artes visuales en Chile y que durante su reclusión había concluido con éxito un curso preparatorio para ingresar a la Universidad Nacional de Educación a Distancia para estudiar historia del arte.
Ambos argumentaron que viajaron a España para huir del “acoso policial y mediático” al que estaban siendo sometidos en Chile tras ser imputados en el llamado caso bombas, por el cual fueron absueltos en 2012. La defensa, en tanto, subrayó que ninguno se reconocía en las fotos obtenidas a través de las cámaras de seguridad en la vía pública en Barcelona y Zaragoza.
Colaboración chilena
Tras los acusados, declararon cinco policías encargados de la investigación, a los cuales no se les exhibió su rostro y sólo fueron identificados por su placa. Uno de ellos explicó que tras el atentado analizaron fotografías de “más de cien” personas vinculadas a la “escena anarquista” para contrastarla con las obtenidas de las cámaras de seguridad de las inmediaciones de la Basílica, de las estaciones de buses de Zaragoza y Barcelona y del metro de esta última ciudad.
“En el metro viajaban a cara descubierta (…). No me cabe la menor duda que eran las mismas personas”, dijo el oficial. Agregó que hubo colaboración con la policía chilena con anterioridad del caso, ya que fueron informados de la llegada de Solar y Caballero a España. “Pedimos después a Interpol los antecedentes de los acusados, pero una vez detenidos”, añadió.
También testificaron los dos guardias de la Basílica, que narraron los minutos de caos que se vivieron cuando estalló el artefacto explosivo, compuesto por una bombona de gas butano, dos kilos de pólvora negra y un reloj activador, según consta detalló la fiscalía.
El artefacto causó heridas en el oído de una mujer, quien también prestó declaración. El juicio continuará hoy, pero se desconoce la fecha en que se entregará el dictamen.