Roberto Antezana es astrofotógrafo del Departamento de Astronomía de la U. de Chile y Patricio Carvajal es geógrafo. Ambos viajaron hasta Argentina la semana pasada para conseguir el nuevo récord de fotografía a distancia, una técnica que busca captar una imagen desde cualquier punto del planeta a otro que esté a la máxima distancia posible, generalmente de perfiles de altas montañas o siluetas remotas que emergen sobre la curvatura de la Tierra.
Sin saberlo, desde hace veinte años que Antezana se dedicaba a esta especialidad de la fotografía. Recién hace cinco meses descubrió en internet una agrupación internacional que se dedica a registrar este tipo de imágenes.
Para lograr este récord mundial, Antezana y Carvajal salieron desde Santiago a las 4 de la mañana, cruzaron por Mendoza y tras de 13 horas de viaje en auto, llegaron a la Provincia de Córdova. Se internaron 40 kilómetros por la Sierra de San Luis y comenzaron a subir la cumbre más alta con todos los equipos al hombro. Después de más de dos horas de ascenso lograron llegar a la punta más alta y Antezana tomó imágenes de varias cumbres: el Cerro Marmolejo de 6.111 metros de altura y 350 km. de distancia; el Cerro Pabellón de 6.000 metros de altura a 328 kms de distancia; el Volcán Tupungato de 6.550 metros de altura y 333 de distancia. El más distante fue el cerro Mercedario con 6.770 mts y a una distancia 384 kms, en la Provincia argentina de San Juan y que es el nuevo récord mundial.
“Llevábamos tres cámaras compactas, una semiprofesional, una go pro y la cámara del dron. Seis cámaras en total. La imagen se toma con una sola cámara, una que tiene un zoom de 50x y que es casi como un telescopio. Las otras se llevan por si falla alguna, para asegurarse”, cuenta Antezana. Además de las cámaras, llevaban los equipos del geógrafo que fueron utilizados para medir y registrar las distancias.
Este material se enviara ahora a Dalekie Obserwacje, la organización polaca que valida el nuevo récord. El anterior lo tenían dos españoles que habían logrado captar el perfil de Los Alpes desde Los Pirineos el 13 de julio del año pasado a una distancia de 381 kilómetros.
“Se toma una foto de la zona, pero tú no sabes realmente lo que tienes hasta que revisas esas imágenes en el laboratorio, se tienen que procesar sin alterar nada, solo juego de contraste, balance, hasta que aparece la imagen”, dice el astrofotógrafo. Es similar al trabajo de los astrónomos que toman imágenes, pero luego las procesan, sacan cálculos y recién entonces saben si hay una estrella o un planeta más allá, insiste.