El 62% de los habitantes de Latinoamérica cree que el cambio climático existe, según un estudio que publicó este mes el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Uruguay es el país donde más personas consideran que el problema es real (87%), y en el extremo opuesto, en Ecuador solo el 42% reconoce su existencia. Frente a esta pregunta, el 61% de los encuestados en Chile planteó que el calentamiento global existe.
La medición, en la que participaron además el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) y Latinobarómetro, señala que en la región, siete de cada diez personas creen que hay que enfrentar el cambio climático incluso en detrimento del crecimiento económico.
Una situación prácticamente similar se da en Chile, donde el 78% de las personas está por priorizar la lucha contra el calentamiento del planeta por sobre el crecimiento económico. Quienes están a favor de esta última opción llegan solo al 12%, una de las cifras más bajas de la medición.
Rodolfo Sapiains, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, comenta que las cifras revelan que el tema del medio ambiente ha ido ganando visibilidad en la región, gracias a la exposición mediática y cobertura que tienen los fenómenos asociados al cambio climático.
"En el caso de Chile, lo que sucede es que el cambio climático es que deja de ser un problema ambiental aislado del cual solo se preocupan los ambientalistas, es un problema social y político", señala Sapiains sobre la prioridad que le dan los chilenos a la lucha contra este fenómeno.
Sara Larraín, directora de la ONG Chilesustentable, señala que el nivel de preocupación con el cambio climático en el país se debe tanto a las sequías como a los incendios forestales.
"Todos los chilenos hemos visto camiones aljibe, no solamente en el Norte Chico sino también hasta Chiloé, y por otro lado también ha habido grandes problemas para los regantes. El otro aspecto fueron los incendios del verano pasado. Estos se dieron en un contexto de gran sequedad y altas temperaturas y cubrieron 500 mil hectáreas en la Sexta, Séptima y Octava Región. Esto provocó que la gente fuera capaz de dimensionar cómo el cambio climático puede afectar en sus vidas personales, tomando conciencia al mismo tiempo de cuáles son las situaciones que deben cambiar", explica Larraín.
Energías renovables
Para la ambientalista, el crecimiento económico es compatible con la lucha contra el cambio climático si se siguen las recomendaciones de la comunidad internacional, como las fijadas en el Acuerdo de París. "Esto para Chile significa claramente terminar con la matriz eléctrica que es dependiente de los combustibles fósiles en más de un 75%", dice.
Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), estima que la sociedad se ha ido involucrando gradualmente en los temas ambientales, especialmente cuando ciertas materias toman un alto perfil mediático y se convierten en objeto de discusión por parte de la ciudadanía, como Hidroaysén. Además, señala que el éxito de las energías renovables está cambiando la mentalidad porque, a su juicio, han demostrado ser limpias, competitivas y abundantes. "Se ha reforzado la idea de que hay más de un camino para avanzar hacia el desarrollo, y que uno de ellos permitiría hacerlo con bajas emisiones y menor daño al medio ambiente", afirma.
Para Acera no es incompatible el crecimiento económico con la preocupación sobre el calentamiento global. "Un hito en este ámbito fueron las últimas licitaciones de suministro para distribuidoras, en las cuales se adjudicaron mayoritariamente a generadores de energías renovables no convencionales, con emisiones prácticamente nulas", dice Finat, quien agrega que también está la opción de la electromovilidad, es decir, que permite el reemplazo de vehículos livianos con motores convencionales por otros con motores eléctricos.