Las empresas locales están volviendo a manos de los grupos chilenos. Durante este año, en medio de la crisis internacional, varias multinacionales han optado por dejar el país y vender los activos que manejan, lo que ha dado pie para que los inversionistas nacionales tomen nuevas posiciones.

Eso ocurrió con la venta de los cines australianos Showcase, cuyas operaciones en Parque Arauco y Maipú fueron adquiridos por el fondo Linzor Capital, que controla los cines Hoyts. En el sector de energía, la decisión de la española Iberdrola de irse de Chile y de concentrarse en sus principales negocios, le permitió al grupo CGE adquirir Ibener. Con esa operación la distribuidora chilena ingresó al área de generación eléctrica. A ambos casos se suma la participación que en Parque Arauco tenía el fondo estadounidense Equity y que compró la familia Said.

En medio de esta tendencia hay otros procesos en curso que estarían en la mira de empresarios locales. Uno de ellos, es el que protagoniza Lafarge. La firma francesa decidió enajenar sus operaciones en Chile, en circunstancias que a mediados de esta década había tomado el control de la cementera Melón. Ese activo está siendo mirado por grandes empresarios locales, como el grupo Matte. También despertó el interés de conglomerados nacionales, entre ellos Hurtado Vicuña, la decisión de la holandesa ING de vender su área de rentas vitalicias.

Para los asesores de inversión que participan en este tipo de transacciones, las multinacionales han optado por reordenar su portafolio global de activos como respuesta a la crisis económica. Señalan que las firmas internacionales en esta época privilegian sus principales mercados y desinvierten en países menos estratégicos, como Chile. Con la venta de activos obtienen recursos que les sirve para disminuir sus pasivos y mejorar su posición financiera global.

Los espacios dejados por capitales extranjeros están siendo tomados por grupos empresariales, porque a juicio de expertos en asesoría de inversión, se conjuga otro elemento: los grandes grupos chilenos están líquidos y cuentan con recursos que les dan holgura para aprovechar las oportunidades que aparecen.

Para Gonzalo Larraguibel, socio de Virtus Partners, aún es prematuro hablar de una tendencia. No obstante, sostiene que en el caso de que una multinacional quiera vender, el comprador lógico es el empresario local, "quien tiene una ventaja de percibir un riesgo diferente al actuar en su propio entorno y probablemente obteniendo precios atractivos", dice.

Explica que adicionalmente a las oportunidades de compra que concreten dentro de Chile, cada grupo debe continuar su desarrollo y, para la mayoría, esto pasa por una expansión internacional. "Por lo tanto, más que aprovechar una coyuntura de compra, no veo que estas acciones debieran afectar sustancialmente el potencial de largo plazo de los grupos o cambiar su dirección estratégica. Igual tendrán que continuar su expansión fuera".

Larraguibel advierte un riesgo en el comportamiento que están siguiendo los grupos locales. "Mantiene a las personas en su zona de confort. Es decir, es siempre más cómodo actuar en mi dominio natural y con personas que comparten mi cultura, formas de pensar y de trabajar. Pero aquí se necesita crear grupos ejecutivos internacionales, integrando personas de otras culturas y con la necesidad de una mayor presencia en otros mercados de la región", enfatiza.

"Creo que algo de tendencia hay y es lógico que si hay problemas a nivel de casas matrices los activos en países como el nuestro son más prescindibles", dice el socio de un importante estudio de abogados.