Las dos caras de la moneda se vivieron producto de la reacción de la comunidad tras el terremoto que afectó a Chiloé: una parte de la comunidad evacuó rápidamente hacia las zonas altas, sin embargo, otra, repletó rápidamente las bencineras en busca de abastecimiento.
"Fue demasiado fuerte el terremoto. Estábamos cuatro familias celebrando Navidad y empezó a temblar cada vez más fuerte. Fue muy impresionante, porque además fue muy largo", señaló Juan Romero, dirigente de los pescadores artesanales de Melinka.
Precisamente Melinka y Quellón fueron dos de los lugares más afectados. La dirigenta de los pescadores de esta última comuna mencionada, Denisse Alvarado (46), señaló que este ha sido el terremoto más fuerte que ha vivido. "Ibamos a empezar un asado típico de Navidad con nuestra familia y de repente comenzó a temblar. Nunca había sentido algo tan fuerte. Corrí a proteger a mi hijo, que tiene necesidades especiales, y a refugiarme con él", contó Alvarado, quien explicó que se encontraba, afortunadamente, en el sector alto de Quellón. "La gente comenzó a refugiarse rápidamente en altura, pero también otros fueron a buscar bencina desesperadamente", señaló la dirigenta.
Según Alvarado, el temor a un posible aislamiento fue lo que causó la temporal aglomeración de las estaciones de servicio. "Se agolpó mucha gente a comprar combustible, porque se supo que aquí en Quellón se partió la carretera. Y no sólo aquí, se decía que también en Castro, entonces es lógico que se comporten así, porque no se sabía en un principio cómo estaba realmente la situación de los caminos", señaló la dirigenta (ver página 6).
Al respecto, el alcalde de Quellón, Cristián Ojeda, señaló que "la situación del combustible está siendo monitoreada constantemente", para que no se produzca escasez.
Ante la preocupación de los isleños, la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) informó a través de su cuenta de Twitter que "un buque ya descargó en la isla el consumo para los próximos 15 días y otro buque espera poder descargar cerca del 28 más combustible".
Juan Carlos Riveros, vocero del movimiento Defendamos Chiloé, comentó que, efectivamente, "la gente lo primero que hace es asustarte y trata de velar por su seguridad y sale a llenar los estanques de bencina. Hubo mucho colapso".
Agregó que "el terremoto fue muy fuerte y duró más de un minuto. El impacto es muy grande y aquí está presente en la memoria el terremoto de 1960, que fue el más grande del planeta".
Rápida evacuación
Denisse Alvarado relató cómo funcionó la evacuación: "Al segundo del terremoto sonó la alerta de los teléfonos. Entonces empezó la gente a salir de los lugares de la costanera e irse a los lugares altos. Vi que las patrullas de la Armada empezaron a dar las indicaciones de cómo evacuar, pero había personas que claramente ya sabían hacia dónde y por dónde ir".
La dirigenta señaló que sintió que todo fue más ordenado: "No fue como hace tiempo, cuando hubo mucho desorden y locura, como en el 27/F". Agregó que la gente se mantuvo en los cerros aun después de que la Onemi bajó la alerta, pero durante la tarde poco a poco retornaron a la costanera y sus hogares.
En Melinka, en tanto, también evacuaron rápidamente al estadio, que está emplazado en un cerro. Dicha localidad, perteneciente a la Región de Aysén y ubicada al sur de Chiloé, cuenta con una población de 3.000 personas.
"No ha sido una salida masiva de personas, sino más bien unos pocos han subido hasta la parte alta del estadio de la ciudad, porque esa es la zona más alta de la isla", comenta Francisco Henríquez, el único odontólogo que trabaja en la Posta Rural de Melinka.
En la Región de La Araucanía también funcionó rápidamente la "autoevacuación", como la denominaron los habitantes. El alcalde de Toltén, Guillermo Martínez, dijo que "acá no tuvimos que hacer sonar las sirenas, porque después del 2010 existe una cultura de autoevacuación, como lo hemos hecho ya por unos seis episodios".