Las autoridades chinas reconocieron hoy que no pueden erradicar completamente la corrupción, aunque insistieron en que seguirán combatiéndola y apartando a los funcionarios "podridos".

Con esas palabras, el responsable de Disciplina en el Comité Central del Partido Comunista, Wang Qishan, subrayó la voluntad del Gobierno y del partido de continuar luchando contra la corrupción durante la cuarta reunión de la Comisión de Disciplina (CCDI) de la formación que dirige China, según informó la agencia estatal Xinhua.

Aún así, Wang admitió que el Partido todavía no es capaz de erradicar completamente las fuentes de métodos de trabajo dañinas (uno de los eufemismos empleados para definir la corrupción), por lo que "puede ser difícil prevenir su resurgir". 

Wang reconoció que el Partido Comunista de China (PCCh) afronta una situación complicada debido a la corrupción, pero insistió en que el organismo que dirige combatirá esa práctica como "se trata a los árboles enfermos" o se "arranca a los podridos". 

La reunión también nombró hoy a un nuevo "número dos" de la CCDI, Liu Jinguo, actualmente viceministro de Seguridad Pública.

Sin embargo, en la reunión de la Comisión de Disciplina que comenzó hoy no se han anunciado medidas contra el ex ministro de Seguridad Pública Zhou Yongkang. 

Zhou que fue una de las figuras más poderosas en el gobierno del anterior presidente, Hu Jintao, es investigado por presunta corrupción desde julio pasado.

Actualmente, está pendiente de que el partido decida sobre su posible expulsión, que en caso de producirse abriría las puertas al juicio al cargo de más alto nivel procesado por corrupción hasta ahora en la República Popular de China. 

A sus 71 años, Zhou Jongkang se ha convertido en la figura de más entidad caída en desgracia por la campaña anticorrupción lanzada por el presidente chino, Xi Jinping, una iniciativa que dentro del eslogan de combatir contra "tigres y moscas" se ha llevado por delante a miles de cargos públicos o miembros del PCCh de alto, medio y bajo rango.