Decenas de personas salieron hoy a las calles en el noreste de Pekín para protestar contra el desalojo de sus casas que están sufriendo en algunos suburbios de la capital como parte de una campaña gubernamental para aumentar la seguridad de los inmuebles, informó el diario South China Morning Post.
Un residente del barrio de Chaoyang relató al periódico independiente que la protesta comenzó esta mañana después de que se informara a los residentes indocumentados de que debían abandonar sus hogares.
Según explicó, las autoridades emitieron recientemente un aviso en el que informaban de que el suministro de electricidad y agua se desconectaría a todas las viviendas temporales el próximo 15 de diciembre, por lo que los residentes debían irse antes de esa fecha, cuando también se cerrarían los negocios de la zona.
El diario South China Morning Post aseguró haber intentado confirmar estos hechos con la Policía, pero sin éxito.
Durante la concentración de este domingo, se escucharon gritos como "el desalojo forzoso viola los derechos humanos", mientras que algunas personas sostenían carteles caseros con mensajes similares.
En imágenes que circularon por redes sociales como Weibo, el Twitter chino, se podían ver decenas de personas concentradas en el barrio de Chaoyang, donde había un gran despliegue policial.
Tras el incendio en un inmueble de Pekín el pasado 18 de noviembre en el que murieron 19 personas, entre ellos ocho niños, el Gobierno lanzó una campaña de 40 días para examinar las medidas antincendios de los inmuebles de la ciudad y sus suburbios, que ha acabado convirtiéndose en el desalojo masivo de miles de personas de sus hogares, en su mayoría trabajadores inmigrantes.
Esta decisión gubernamental ha generado una gran indignación entre la población, que se materializó en una carta en la que un centenar de intelectuales chinos, incluidos académicos, abogados y artistas, enviaron a las autoridades chinas para exigir el fin de la campaña, que calificaron como "despiadada" y "en contra de los derechos humanos".