China expresó hoy al embajador japonés en Pekín, Yuji Miyamoto, su descontento por la visita a Tokio de la líder uigur Rebiya Kadder, informó hoy la agencia Xinhua.

Además, el viceministro chino de Asuntos Exteriores, Wu Dawei, pidió al embajador que el Gobierno japonés "adopte medidas para poner freno a las actividades separatistas de Kadeer contra China".

Kadder, presidenta del Congreso Mundial Uigur (WUC), que vive exiliada en EEUU, denunció hoy que cerca de "10.000 personas desaparecieron en una sola noche" durante los disturbios registrados en la ciudad china de Urumqi a principios de mes y pidió a Japón que investigue lo ocurrido.

La activista política, de 62 años, estará en Tokio hasta mañana para hablar sobre la situación de su etnia en China con varios representantes políticos nipones.

El pasado 5 de julio miembros de la etnia uigur atacaron a colonos chinos de la etnia han en Urumqi después de una manifestación que, según testigos presenciales, fue reprimida a su vez a tiros por las fuerzas armadas chinas.

China culpa a Kadeer de provocar las protestas en las que, según las cifras oficiales del Gobierno, murieron al menos 197 personas, 1.700 resultaron heridas y 1.400 detenidas.

Según las organizaciones uigures en el extranjero, la cifra total de muertos entre chinos han y uigures es de 800.