Las firmas chinas de materias primas que importan todo tipo de productos, desde oro y caucho hasta metales básicos, tienen dificultades para conseguir créditos comerciales porque los bancos auditan sus actividades y retienen los préstamos después de que Pekín ordenara limitar la especulación cambiaria.

China es el mayor consumidor mundial de metales básicos y caucho y el segundo comprador de oro detrás de India.

Una reducción de las importaciones por el endurecimiento de la financiación será un factor bajista para los precios de referencia internacionales de esas materias primas, pero podría dar respaldo a sus valores domésticos.

Las últimas medidas de restricción apuntan principalmente a las empresas muy involucradas en la compraventa de bienes importados que se almacenan en depósitos fiscales en las áreas libres de aranceles de China.

Los bancos en la provincia de Guangdong como Industrial and Commercial Bank of China, el principal banco del país, y China Minsheng Bank, han dejado de emitir cartas de crédito con plazos largos de vencimiento a algunos joyeros, que importan oro al país para procesamiento de exportación.

"No todas las compañías pueden conseguir cartas de crédito para el comercio en tránsito en Guangdong, en estos momentos", dijo una fuente cuya firma negocia metales básicos y manufactura productos de aluminio en la provincia sureña. Se refería a la comercialización de existencias en depósitos fiscales.

El mercado del oro de China está muy controlado. Se otorgan licencias de importación solo a un puñado de bancos y permisos de exportación a fabricantes de joyas autorizados.

Estos últimos en general se encuentran en centros manufactureros, como dentro del área aduanera de Shenzhen y centros de procesamiento de oro en Guangdong.

En los distritos de Panyu y Huadu en la ciudad de Guangzhou, en Guangdong, hay más de 900 fabricantes de joyería. Su proximidad a Hong Kong permitió a las dos áreas convertirse en una importante base de procesamiento de joyería para exportación.

Algunos fabricantes de joyas, dicen fuentes comerciales, han usado cartas de crédito con plazos de hasta un año para importar oro como materia prima. Luego exportan productos de oro, en muchos casos a sus subsidiarias en Hong Kong, a valores más altos que el de mercado, y repatrian yuanes a China.

Hong Kong tiene la mayor cantidad de yuanes atesorados fuera de China y es uno de los pocos centros desde donde se pueden repatriar yuanes al continente.

Esos yuanes van a parar a inversiones en sectores como propiedades o las cuentas de bancos chinos que pagan intereses más altos, o a productos financieros que ofrecen retornos de al menos 4% a 6% anual.

Eso se compara con un costo de financiamiento de un 2% al año para el dólar en Hong Kong.

Esas operaciones también son rentables porque como la moneda sube, se requieren menos yuanes para cancelar préstamos en dólares. El yuan ha alcanzado niveles récord contra el dólar desde abril.

En algunos casos, los importadores de oro se asocian con inversores foráneos que buscan esquivar los estrictos controles de capitales chinos y beneficiarse de los movimientos de la moneda, según fuentes del sector.

Pero esos negocios han contribuido a un enorme superávit comercial, de acuerdo con las fuentes. China tuvo un superávit de cuenta capital y financiera de US$102.000 millones en el primer trimestre, un alza desde US$20.000 millones en el cuarto trimestre de 2012, reflejando fuertes ingresos de capitales.

Las distorsiones llevaron a Pekín a fijar nuevas reglas este mes para detener los negocios falsos. Las reglas, que entran en vigor el 1 de junio, exigen que los bancos ajusten los préstamos de divisas y los tipos de clientes que pueden acceder a ellos.

El regulador cambiario chino ha dicho que emitirá advertencias o incluso pondrá en una lista a las firmas que no puedan ofrecer explicaciones satisfactorias de las diferencias en sus actividades comerciales.