La inauguración en China de un monumento en  memoria del asesino del primer ministro japonés en 1909 desencadenó este lunes  un nuevo contencioso diplomático entre Pekín y Tokio, cuyas relaciones ya se han visto perjudicadas por disputas territoriales y sobre cuestiones históricas.

El memorial chino-surcoreano se inauguró el domingo en la estación de trenes de Harbin (noreste), donde el coreano Ahn Jung-Geun, considerado en su  país un héroe de la lucha contra la ocupación japonesa, asesinó a balazos a Hirobumi Ito, primer jefe de Gobierno japonés, el 26 de octubre de 1909.

El joven nacionalista fue ahorcado por los japoneses en 1910, año en que Japón se anexó Corea.

La reacción de Japón no se hizo esperar. "Consideramos a Ahn Jung-Geun como  un terrorista que fue condenado a muerte por haber matado al primer primer  ministro de nuestro país", dijo Yoshihide Suga, portavoz del Gobierno japonés.

El monumento de Harbin "no contribuye a construir relaciones de paz y de  cooperación en esta región", añadió.

El ministro de Relaciones Exteriores surcoreano exaltó por el contrario "un  personaje respetado a la vez en Corea del Sur y en China" por haber llevado a  cabo un "acto valiente".

La agencia oficial china Xinhua estimó por su parte que "el memorial Ahn no estaba destinado a herir, sino a arrojar luz sobre la historia del noreste  asiático".

Coincidencia o no, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, había declarado  el domingo querer "organizar una cumbre y mantener conversaciones francas" con  China y Corea del Sur para solucionar sus contenciosos.

Tokio propone regularmente la organización de esta cumbre, hasta ahora sin resultado.