El Gobierno chino se sintió "humillado" por las recientes provocaciones de Corea del Norte, que incluyeron el lanzamiento de un misil de largo alcance y una prueba nuclear, según un diplomático surcoreano citado hoy por la agencia Yonhap.

"China se sintió humillada por el contundente desafío de Corea del Norte a su petición (de acabar con las provocaciones)", reveló a un grupo de periodistas en Seúl Kim Sook, el representante de Corea del Sur en la ONU, que explicó que eso era lo que los diplomáticos chinos habían reconocido "en privado".

El régimen de Pyongyang llevó a cabo el pasado diciembre el lanzamiento de un cohete de largo alcance y en febrero realizó su tercera prueba nuclear.

Estas acciones fueron condenadas por al comunidad internacional, incluido China, el principal aliado de Corea del Norte y llevaron a la aprobación de dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que ampliaron la sanciones diplomáticas y económicas sobre el país comunista.

"China estaba muy indignada por el hecho de que Corea del Norte se hubiera pasado de la raya con sus provocaciones militares", apuntó Kim, encargado de impulsar las negociaciones que llevaron a la aprobación de las resoluciones de la ONU.

A pesar del malestar de China y su apoyo a las sanciones, el diplomático reconoció, sin embargo, que la postura de Pekín hacia Pyongyang permanece prácticamente sin cambios. 

Esta misma semana, un enviado especial del régimen norcoreano visitó China en lo que se interpretó como un intento de rebajar las tensiones entre dos países aliados tradicionales.

En su visita de tres días que concluyó el pasado viernes, el vicemariscal Choe Ryong-Hae, hombre de confianza del líder norcoreano Kim Jong-un, se reunió con el presidente chino, Xi Jinping y aseguró que su país está dispuesto a retomar el diálogo a seis bandas para su desnuclearización.

El mensaje supuso el primer gesto dialogante del régimen en mucho tiempo después de que en los dos últimos meses haya protagonizado una campaña de amenazas de "guerra nuclear" dirigidas a Corea del Sur, Estados Unidos y Japón, en respuesta a las sanciones de la ONU.

En este sentido, Kim dijo que esta visita muestra la intención del país comunista de "enseñar" al mundo, especialmente a EEUU, que está haciendo esfuerzos para resolver las tensiones con la comunidad internacional.