La ya tensas relaciones bilaterales entre China y EEUU, podrían verse amenazadas nuevamente por un nuevo conflicto, el de la contaminación ambiental.

Más allá de los contrapuntos sobre derechos humanos, comercio y las fuerzas militares estadounidenses en el Pacífico, el gobierno chino apuntó ahora sus críticas sobre las relevaciones de contaminación atmosférica que realiza la embajada de Estados Unidos en grandes ciudades chinas y divulga periódicamente a través de internet.

"Esta práctica, dijo el viceministro del Ambiente Wu Xiaoqing, viola los acuerdos internacionales y las leyes locales". Agregó que, "según la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas y los diplomáticos extranjeros, se deben respetar y seguir las leyes locales y no pueden interferir en los asuntos internos".

La embajada de Estados Unidos instaló en el techo un aparato para monitorear el nivel de contaminación en la capital. A menudo sus evaluaciones divergen de aquellas dadas por el ministerio.  La misma medición fue hecha por los consulados estadounidenses en Shanghai y de Guangzhou. 

Las estaciones de monitoreo de las sedes diplomáticas estadounidenses, al contrario de las chinas, relevan también las partículas llamadas PM2,5, que son emitidas por ejemplo por los motores diesel. Son de dimensiones microscópicas y en consecuencia difíciles de individualizar, pero son consideradas la más peligrosas para la salud. Expertos chinos subrayaron que relevaciones hechas sólo en una zona limitada de la ciudad son científicamente imprecisas.

Sobre el sitio web (http://beijing.usembassy-china.org.cn), la representación diplomática estadounidense admite que los datos que difunde son parciales dado que "un análisis sobre toda la ciudad no puede ser hecha con un solo aparato".

El viceministro Hu agregó que las relevaciones hechas por China usan metodologías aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y están "de acuerdo con la actual situación de nuestro país".

Las autoridades chinas afirman que en la capital la contaminación disminuyó netamente después que, en el 2008, la mayor parte de las fábricas fueron transferidas en las zonas periféricas. Esto no obstante el uso aun difundido del carbón, el constante aumento de los vehículos en circulación y las emisiones de los "spray" que crean a menudo una capa de aire contaminada que a veces envuelve la metrópoli durante días y que desaparece sólo cuando sopla un viento fuerte proveniente del desierto de Mongolia y de las planicies de Siberia.